Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier. Volumen I

– 294 – Estudios en homenaje a Alfredo Matus Olivier volverán a imbricarse en el sustento de nuevas identidades, a las que luego haré referencia. Una de las primeras, como no, es la consideración– si trabajamos con corpus de épocas diversas –relacionada con la apreciación del cambio lingüístico, para lo cual traigo nuevamente a la memoria esta entrañable reflexión: The historical process of linguistic change in this sense, however, does not imply a single problem but three different problem or types of problems, which belong to three different levels: a) the universal problem of linguistic change (why do languages change at all?); b) the general problem of linguistic change (how and under what intra- and extralinguistic conditions do languages normally change?); c) the historical problem of every individual change, that is, the problem of justifying the creation of a particular tradition and possibly the replacement of an earlier tradition. /.../ Linguistic change is, if one views language as ™nšrgeia, a primary linguistic phenomenon, that is, it is not «change», rather the historical construction of languages. This construction takes place largely through the application of procedures of production given in the language itself (Coseriu 1983:55,63). Para complementar las palabras del maestro –de ambos maestros– hay que tener en consideración, cómo no, lo señalado por Kordić, dadas las particulares condiciones de la conformación social, demográfica y lingüística del Reino de Chile, por lo cual en la documentación que nos sirva de estudio para la determinación de lo propuesto anteriormente, no solo hay que determinar valores sémicos que con frecuencia no están recogidos en diccionarios, sino que hay que comprender exóticas formaciones morfológicas y acertar en la interpretación de un discurso sintácticamente embarullado y a veces desconcertante. Cuando no se tienen los criterios, los métodos y la formación en materia idiomática y textológica, las conclusiones pueden desembocar en magnas (y a veces tendenciosas) confusiones ilustradas. La labor hermenéutica historiográfica debe hermanarse con la filológica. (2007) Para muestra, solamente un botón, en relación con las cosas y no sólo sobre los métodos. La Imagen 1 es parte de la carta de Juan Egaña a su hijo Mariano, datada el 29 de julio de 1824 (AFV 162, ff. 50-59v.); específicamente, corresponde al último párrafo de la f. 55. De esta correspondencia se han publicado ya algunas ediciones, pero haré referencia a la disponible en el sitio Memoria Chilena, correspondiente a la Sociedad de Bibliófilos de Chile (1946:51). He encerrado una palabra correspondiente a la discusión de lo señalado. Presento en columnas las transcripciones respectivas:

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=