El patrimonio arquitectónico industrial en torno al ex ferrocarril de circunvalación de Santiago: testimonio del desarrollo industrial manufacturero en el siglo XX

de productos químicos, farmacéuticos y cosméticos de tocador. Igualmente en 1844 se establece la primera Refinería de Azúcar en Chile, decretando el Estado, franquicias espe– ciales de orden tributario y liberación de derechos aduaneros para dicho efecto. Un año después, en 1845 se inicia asimismo la explotación del carbón en las bahías de Concep– ción y Arauco. A mediados de siglo se establecen una serie de industrias de cierta significación en Santiago como la Curtiembre de Julio Tiffou Hnos. en 1841, la Fábrica de Paños Crignolet y Aninat, en 1850, la Maestranza Klein en 1851 , la Fábrica de Azúcar Lavigne en 1858 y la Compañía de Gas en 1856 entre otras. De igual modo, en provincias se fundan algunos establecimientos industriales relevantes como la fábrica de Calzados Rudloff en 1850 y la Cervecería Andwanter en 1851, ambas en la ciudad de Valdivia; la Fábrica de Gas en Copiapó en 1851, la Maestranza La Victoria y la Fábrica de Gas en Valparaíso en 1846 y 1856, respectivamente. Estadísticas del año 1858 revelan que existían en dicho año mil cuatrocientos ochen– ta y cuatro molinos, trescientos cuarenta y ocho fábricas de calzado, ciento setenta y siete fábricas de tejas, ciento cuarenta y nueve panaderías, cuarenta y nueve sastrerías, veintinueve curtiembres, cinco fábricas de aceite y cuatro aserraderos. De igual modo, en el mismo período se realizó un importante esfuerzo de desarrollo de la industria Figura 15: Curtiduria Parriel Quiquandon & Cia. Fotografía en "La colonia francesa en Chile". 1920. 61 metalúrgica. Numerosas empresas de este rubro se instalaron en Santiago y Valparaíso, la mayoría dirigida por extranjeros, como el caso de la Maes– tranza Lever, Murphy y Cía., estable– cida en 1859, la Fábrica y Maestranza del Ejército, FAMAE, en 1865 que instala una sucursal en Limache para abaste– cer la Marina; en 1877, se establece la Maestranza Stickler y Küpfer o Fundi– ción Libertad, y en 1884 la Fundición Las Rosas, entre otros casos relevantes. En ellas se fabricaron carros de carga, trilladoras, campanas de gran tamaño e incluso locomotoras a vapor y subma– rinos. Durante la Guerra del Pacífico, la industria metalúrgica abasteció de armas e implementos al Ejército y la Marina; sin embargo posteriormente dicho esfuerzo fue sobrepasado por la competencia de productos fabricados en el extranjero. (Figura 15). Conforme a antecedentes estadísti– cos, en 1865 existían más de veintiséis fábricas de cerveza en el país y varias viñas ya famosas como Ochagavía, Su-

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