Hacia una socioecología del bosque nativo en Chile

A medio camino en la reconciliación con el bosque nativo: – 17 A MEDIO CAMINO EN LA RECONCILIACIÓN CON EL BOSQUE NATIVO: LOS APORTES DE ELINOR OSTROM Y LA SOCIOECOLOGÍA Juan Carlos Skewes La relación entre los seres humanos y los bosques nativos ha sido cancelada por las visiones dominantes tanto en el mundo de la conservación, como en los do- minios del desarrollo sustentable. Ser cancelado quiere decir, en las redes socia- les, ser expulsado del grupo, boicoteado o funado . De eso se trata la cancelación y, en el lenguaje de la conservación, se traduce afirmando, por ejemplo, que los campesinos o son destructivos para el bosque nativo o no encajan con la idea de naturaleza que se promociona en los mercados turísticos. El término pasa a ser parte del repertorio de herramientas destructivas que despejan el camino en pro de los intereses prevalentes. En el caso de las redes sociales, el detrimento causa- do es a la libre expresión y circulación de las ideas, al bosque de la inteligencia y al corazón humano ( A Letter on Justice and Open Debate 2020). Al extrapo- lar licenciosamente este concepto al mundo arbóreo, podría decirse que cada mutilación, negación, olvido o el aprovechamiento de la relación entre personas y bosques es un acto de cancelación. A través de tales acciones se desarraigan aquellas relaciones tenidas por odiosas para los fines perseguidos – en este caso, la explotación del recurso natural , fines que terminan siendo ajenos y antagónicos a la silvo regeneración entendida como una experiencia de convivencia entre el bosque y las comunidades que le han habitado. La cancelación o eliminación del vínculo comunidad-bosque es producto de la aplicación de dos disposiciones en apariencia contradictorias: la xilofobia y la xilofilia, términos que derivo de la visionaria obra de Rafael Elizalde (1968). Tanto el desmesurado amor a los árboles –materializado en el afán de conservar- los en su pureza intocada– como la inexplicable fobia hacia ellos –manifestada en los despejes y cortas a tala rasa– representan formas alternativas de cancelar o eliminar el bosque. Mientras una promueve la renovación verde a condición de someterse al imperio de los designios humanos, la otra mutila en nombre del desarrollo las posibilidades de regeneración del bosque en su relación con las comunidades con las que se han co-constituido. Mucha humanidad se impone a los árboles sea para cuidarlos o para explotarlos . La contradicción entre la destrucción y el control invita, siguiendo el espí- ritu de quienes abogan por el fortalecimiento de la libre circulación de las ideas

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