Reforma Agraria chilena: causas, fases y balance

Serie Ciencia Ambiental 18 La mayoría de la pequeña propiedad campesina obedecía al denominado mini- fundio (no más 5 ha) en el cual la insuficiencia de la producción obligaba a los cam- pesinos a generar recursos a través del trabajo dentro de la hacienda. Bengoa 12 , define dos formas de acatamiento en la población campesina: subordi- nación ascética y subordinación sensual. En la primera, plantea: “El campesino con alguna posibilidad de acceso a una mejor posición dentro de la hacienda, asume una mayor filiación con la tierra, centrando su discurso en el trabajo: en la medida en que éste aumente, mayores serán sus posibilidades de contar con el favor del hacendado. Dentro del fundo tradicional, las posibilidades de surgimiento de uno u otro variaron en relación a los espacios que otorgó el dueño de la tierra” 13 . Este autor hace resaltar que existía una subordinación netamente servil ya que, en la medida en que existiera alguna posibilidad de acceso a puestos más altos dentro del fundo, el campesino dirigía sus esfuerzos a mejorar en el trabajo 14 . Como afirma Parra 15 , “La lealtad al patrón trascendía incluso los ámbitos íntimos, familiares mien- tras se esperara a cambio cierta seguridad laboral y un mínimo —pero existente— re- conocimiento por parte del patrón”. La otra forma fue la subordinación sensual. El peonaje se resumía en la idea de transhumancia. Mientras el campesino propiamente tal poseía como capital de traba- jo su esfuerzo, el peón tenía solo su fuerza física, la capacidad de sus brazos. Transi- taba por los fundos “arrendándose” por períodos cortos (la cosecha, la siembra, etc.), mientras esperaba como única posibilidad de ascenso social, el golpe de suerte 16 . Como afirma Bengoa 17 , el campesino, como inquilino estable del fundo, era el trabajador deseable, al que se protegía debido a su dedicación y “responsabilidad” en el trabajo. El otro, era un paria al que había que aprovechar para después descar- tarlo, siempre cuidándose de él para que no alterarse el poder y dominio dentro del fundo. En el Siglo XX y hasta la Reforma Agraria, no varió la situación del inquilino, mientras que el peón trashumante fue el que emigró a las ciudades y que constituyo parte de los cinturones de pobreza de éstas. La jerarquización de los fundos (patrón, administrador, capataz, “sotas”, se tras- mitía hacia los sectores campesinos dentro de los predios. Muchos de los valores jerárquicos de la estructura hacendal habían históricamente penetrado en el incons- ciente campesino. Era corriente en algunas zonas que los campesinos sin tierra se los nombrara como “los de abajo”, y éstos nominaban a los inquilinos como “los de arriba”. 12 Bengoa, José (1988). “Historia social de la agricultura chilena”. Vol. I. El poder y la subordinación . Santiago, Edi- ciones Sur. Y Bengoa, José (1990). Historia social de la agricultura chilena. Vol. 2. Haciendas y campesinos. Santiago, Ediciones Sur. 13 Ibid. 14 Ibid. 15 Parra, Alberto, Op.cit. 16 Bengoa, José, Op.cit. 17 Ibid.

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