Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas

18 – Vidas cotidianas en emergencia: territorio, habitantes y prácticas gico —entendido como modalidades de la organización del espacio, establecimien- tos de reglas, cuadrículas y límites, en suma, formas de ejercicio del poder regidas por una mirada calculadora de efectos (De Certeau, 1996) —, nos permitiría pensar la forma que los agentes implicados en las iniciativas de intervención estaban diag- nosticando e imaginando a la población. Es decir, concentrarnos en abordar, de ese lado, el tejido de palabras e imágenes que ejercen su acción sobre el espacio social y subjetivo habitado. Y, que en cambio, el plano táctico, como el desvío introducido por microresistencias y microlibertades, nos permitiría tener presente el rastreo de formas de subordinación o insubordinación a los lineamientos introducidos por la intervención de la población. Nuestro trabajo de investigación partió con la idea de intentar comprender cómo un proceso de intervención sobre el plano socio-delictual y urbanístico en una población emblemática de Santiago se hacía presente en la vida cotidiana de las personas que experimentaban esa intervención, sus tensiones y sus efectos in- mediatos. Nos situamos bajo la particular observación de que existiera una articu- lación de programas e iniciativas organizadas por el Estado para actuar de forma intensiva en ese territorio. Pero este intento de comprensión nos situaba frente a un conjunto de contradicciones, en especial el riesgo de reproducir el gesto que tratá- bamos de comprender, es decir, sobre intervenir, si ese ejercicio de comprensión no se realizaba desde la experiencia misma de sus habitantes, del discurso de los actores implicados en la intervención y de nuestra propia experiencia en el proceso inves- tigativo, asumiendo a su vez las implicancias y dificultades del «rescate de la voz del otro» (Arensburg, Haye, Jeanneret, Sandoval y Reyes, 2013). Más aún cuando el germen que configuró esta investigación provino del encuentro entre una agru- pación artístico-cultural de la población y algunos de lo/as investigadore/as. Ese diálogo materializó el concepto que organizó nuestro trabajo: «vidas cotidianas in- tervenidas», con el cual tratábamos de capturar algo de lo que consideramos como la singularidad que tomaban las vidas cotidianas en emergencia en el territorio al que nos introducíamos. De esta forma, el proyecto tuvo por objeto comprender y elaborar conjuntamente con los habitantes de este territorio las principales conse- cuencias que las prácticas de intervención comandadas desde un «afuera» (Estado, medios de comunicación, mercado, por nombrar algunos) han implicado para su vida cotidiana. El modo en que se produjo nuestra inserción en el territorio así como el vínculo con los vecinos fue gracias al apoyo y al intercambio con el actual Centro de Inter- pretación FiSura, que desde hace al menos ocho años se encuentra trabajando como agrupación cultural “Centro para el Desarrollo de la Artes, Identidad y Cultura- Teatro Emergencia” en la población. Fue a través de la invitación a sus actividades abiertas, a las reuniones conjuntas, a peñas, obras, intervenciones y conmemoracio-

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