Dossier N°7 del programa de Estudios Comunitarios Latinoamericanos de la Universidad de Chile: COVID-19, feminismo decolonial y revueltas populares

M ONTALVO -R EINOSO , R. F EMINISMO DECOLONIAL : N UEVAS MIRADAS Y CONSTRUCCIONES COLECTIVAS fundacional de los incas, en donde los hermanos Ayar fundan Cusco con sus esposas, mujeres que representaban diferentes tipos de mujer: mama Ocllo, la mujer que podría acercarse a lo que se consideran ahora los roles y estereotipos femeninos, dócil, laboriosa, y mama Huaco, la guerrera, la mujer fuerte gracias a la cual pueden tomar la ciudad, al vencer ella a un jefe del pueblo gualla, abrirlo, sacarle los pulmones y lanzarlos al viento, lo que espantó al resto de los hombres, que se dieron por vencidos, fundándose así el Cusco. Y en la colonia, también destacan mujeres que jugaron un rol político trascendental en la resistencia. Está, por ejemplo, Micaela Bastidas, que, junto a Tupac Amaru II, luchó contra la imposición de trabajo obligatorio en las mitas, al igual que otras mujeres, como Cecilia Tupac Amaru y Tomasa Tito Condemayta. Mirar el pasado es entonces clave para entender cómo la colonia modificó y desestructuró las formas de vida y relaciones, impuso los modelos que traían desde Europa, incluyendo la posición que debían ocupar las mujeres en la sociedad, logrando que el patriarcado se instale e intensifique en las comunidades con el contacto de la iglesia y de otras instituciones que van interviniendo e intentando, muchas veces con éxito, cambiar las formas de vivir las relaciones en las comunidades y los pueblos indígenas. Gladis Vila, lideresa indígena quechua de Huancavelica y fundadora de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas, me ha contado así de su vivencia en la comunidad: Eso sí siempre mi abuela me controlaba, decía que yo soy media maricona y por eso... y hasta fútbol jugaba y mi abuela se enojaba con eso, pero yo siempre jugaba a escondidas. Mi abuela me decía que me iba a crecer el pene, si tú sigues jugando fútbol, si tú sigues jugando trompo te va a crecer el pene, eso no se hace. Entonces, a veces cuando me decía, ya prende la bicharra, y no la podía prender, me decía, ya ves, la bicharra ya vio, pues, tu pene creciendo, por eso es que no te acepta. Entonces, los roles en la comunidad sí eran como muy diferenciados entre los varones y las mujeres. Siempre jugaba, pero a escondidas (G. Vila, comunicación personal, 3 de marzo del 2020). Por supuesto, pese a todo, siempre se pueden vislumbrar los actos de resistencia como el de Gladis, cuando cuenta que ella jugaba a escondidas, haciendo lo que se le prohibía, rompiendo los mandatos de género en esas pequeñas luchas cotidianas. Y son esos resquicios por donde se ha filtrado el cambio de las mujeres en las comunidades y la exigencia de participar en las decisiones, irrumpiendo en los espacios, exigiendo, forjando las condiciones para romper el pacto patriarcal que existe en las comunidades actualmente. Al respecto, Gladis contó lo siguiente: Entré a la dirigencia porque mi padre en un momento estaba afuera de la comunidad, no podía asistir a las reuniones. Varias mujeres que tenían la misma situación de mi madre nos organizamos e irrumpimos en la asamblea comunitaria porque es allí donde se tomaban decisiones y acuerdos y si no lo hacíamos, teníamos que pagar la multa. Entramos y vimos que era una necesidad de las mujeres, no era solamente de mi madre (G. Vila, comunicación personal, 3 de marzo del 2020). Escuchar las voces y las experiencias de mujeres indígenas que, pese a la imposición patriarcal, hacen prácticas feministas desde los territorios, aunque no le 34

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