¿Quién dijo que no se puede? Escuelas efectivas en sectores de pobreza

SEGUNDA PARTE 235 E S C U E L A D E N I Ñ A S A R T U R O P R AT C H A C Ó N E - 8 3 1 CA Ñ E T E de hacer una tarea para averiguar todo sobre los gatitos: la cantidad de meses que demora en gestarse, los cuidados necesarios para estos animales, etc. Luego, pasamos a otras formas de reproducción de los animales, lo que va haciendo súper fácil articular los contenidos, pues las niñitas se motivan...” . Articulación entre clases Las clases comienzan con un recordatorio sobre lo visto en la sesión anterior. Esto se traduce en preguntas abiertas o en un repaso simple de los contenidos ya vistos. Sólo luego de dicha introducción se presentan los nuevos contenidos. Esta articulación permite a las alumnas contextualizar lo que aprenden y no ver las clases en forma aislada. Alumnos participativos Las alumnas son activas y participativas en clase. Los profesores están continuamente incentivando dicha participación y siguiendo las actividades que se realizan con el objeto de que el tiempo en el aula se aproveche lo mejor posible. Se debe destacar que las niñas trabajan ordenadamente, discuten los resultados y se corrigen entre pares. En todos los cursos pudo percibirse una elevada participación. Refuerzos positivos Se hace un uso intensivo de los refuerzos positivos. El cariño demostrado entre la profesora y las alumnas –y entre las mismas alumnas– fue una constante en las clases observadas. “Yo prefiero estar cinco mil veces aquí en la escuela que en la casa, porque mi papá no está todo el día en la casa y mi mamá nos reta. En cambio acá es entretenido, yo no me aburro, acá tengo amigas y las profes son buenas”, relata una alumna de educación básica. A modo de ejemplo, en una clase de matemáticas en 2º básico, cada niña elaboró un problema que debía ser resuelto por una compañera y expuesto al curso. Las niñas que presentaron los problemas recibieron aplausos de todo el curso y abrazos de sus compañeras de grupo. En el caso de 7º básico, se constató un clima de extrema confianza que favorece el trabajo de los profesores en el aula. En una clase de matemáticas, todas las alumnas pasaron a la pizarra a desarrollar un ejercicio propuesto por la profesora y cada una fue felicitada, tanto por la docente como por sus compañeras. Las niñas que no pudieron o les fue muy difícil resolver el ejercicio, fueron apoyadas por las compañeras quienes colaboraron constructivamente con la resolución del problema. Alumnas con habilidades para trabajar en equipo Las niñas de esta escuela muestran una gran habilidad para trabajar en equipo. Existe un marcado compañerismo reflejado en la ayuda mutua, discuten resultados y generan consensos cada vez que es necesario. “El trabajo en grupo se justifica principalmente porque entre ellas se evalúan y además comparten el material”, dice una profesora. En términos generales, la disposición para trabajar cooperativamente es uno de los elementos catalizadores del buen rendimiento de esta escuela, lo que es abiertamente reconocido por los mismos profesores.

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