De cobre, microbios y arte

De cobre, microbios y arte 10 piedras como el sílex para la fabricación de puntas de flecha o hachas. Con los primeros rudimentos de metalurgia y las posibilidades de hacer aleaciones de cobre con estaño surgió el bronce, que amplió los usos del cobre hacia objetos utilitarios como herramientas, ahora más resistentes. Así, el cobre y sus aleaciones están estrechamente ligadas a la historia y al progreso tecnológico de la humanidad desde sus inicios. Sin embargo, el primer uso del cobre fue en el arte primitivo, y desde entonces este preciado metal y sus aleaciones (especialmente el bronce y el latón) han acompañado al ser humano en las más diversas expresiones artísticas, convirtiéndose en la materia prima de orfebres, escultores, arquitectos, pintores, músicos y poetas. Así, el cobre ha dejado su sello en famosos monumentos otorgándoles su singular color, como la delicada película de cobre que recubre la estatua de la libertad en Nueva York, o la escultura de bronce de la Sirenita en el Puerto de Copenhague. Y si miramos más de cerca, en nuestro diverso territorio podríamos mencionar muchas hermosas obras de arte basadas en este dúctil y maleable metal, como la famosa Fuente Alemana en el Parque Forestal de Santiago, el Pescador Artesanal Cavanchino en Iquique, o el Monumento al Ovejero en Punta Arenas. El cobre también se ha ganado un lugar en la construcción de edificios. Los arquitectos han encontrado en el cobre nuevas formas para resaltar sus diseños, desde catedrales, museos y castillos, hasta casas y oficinas. El cobre ha estado presente desde la antigüedad en una variedad de elementos arquitectónicos, como las cubiertas del techo del Panteón Romano o las de Santa Sofía en Constantinopla. Hoy el cobre luce sus atributos en numerosos edificios en el mundo, como el Museo Vasa, un ícono del paisaje de Estocolmo, el Museo de Ciencias NEMO en Ámsterdam, y en nuestro país el cono truncado del planetario de la Universidad de Santiago y el techo de la Estación Mapocho. Asimismo, oculto en una orquesta sinfónica o en el carillón de una iglesia, el cobre hace su aporte al arte siendo un gran aliado de los músicos. La gran maleabilidad de este metal y sus aleaciones permite la

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