Los primeros planes intercomunales Metropolitanos de Chile - Vol. III

14 El problema de urbanización de Valparaíso es «sui generis», por cuanto el puerto presenta una escasa superficie plana y la ladera de los cerros no es continua, sino que interrumpida por numerosas quebradas que los aíslan unos de otros. En el sentido lógico de la urbanización, cada cerro debe constituir un centro. Pero esta forma de urbanizar sería costosa, de manera que la forma más práctica es la de buscar un buen medio de comunicación. En Valparaíso se ha encontrado en el Camino de Cintura. Las ciudades, para desarrollarse, necesitan del comercio que siempre busca las calles largas y anchas. Es preciso entonces dotar a los cerros de centros comerciales de aprovisionamiento para impulsar su desarrollo. En este sentido, el Camino de Cintura será una gran arteria, y contribuirá de un modo eficiente a la urbanización de los cerros. (E L M ERCURIO - Valparaíso, 1929). Estimó Brunner que en Chile existía un alto grado de cultura urbana. Los estudios técnicos se hallaban muy bien dirigidos en su opinión, y la Universidad formaba profesionales de gran preparación y competencia. En 1930, contándose con la asesoría de Karl Brunner, y también con la colaboración del destacado urbanista francés Jacques Lambert (1891-1947) 3 , y siendo el arquitecto chileno Luis Muñoz Maluschka el principal interlocutor de ellos en la época, se revisó la Ordenanza de Construcciones y Urbanización 1930, la que contenía disposiciones sobre materias no incluidas en la Ley 4.563. El 20 de mayo de 1931 se aprobó el D.F.L. Nº345 con la nueva Ley General sobre Construcciones y Urbanización, y su Ordenanza ajustada 4 . Esta ley creó las Direcciones de Obras en todos los Municipios de la República, la obligatoriedad de tener «Planos Oficiales de Urbanización» en todas las comunas de más de 8.000 habitantes, y «zonas industriales» en todas las ciudades de más de 20.000 habitantes. En adelante, las Municipalidades deberían procurar que los barrios obreros contaran con los establecimientos de educación y asistencia social. Calles, plazas y plazoletas podrían ser exigidas, representando hasta un 30% de la superficie a urbanizar. De esa superficie, hasta un 7% podría ser requerido para parques, jardines y otros espacios públicos. ( INSTITUTO N ACIONAL DE I NVESTIGACIONES T ECNOLÓGICAS Y N ORMALIZACIÓN , 1949). 3 En los documentos que Lambert aportó a los urbanistas chilenos en 1929-1930 (L AMBERT , 1930), señaló que no bastaba concebir con amplitud, era necesario ejecutar también con amplitud dentro de las posibilidades financieras de cada ciudad. Era conveniente mirar no sólo el presente, sino también un poco más adelante. Rechazó las vías diagonales, por cuanto ellas dejaban a ambos costados parcelas de terreno de forma triangular de una utilización dificultosa, o terrenos en forma de estuche de muy difícil aprovechamiento. Sugirió utilizar en lo posible las vías existentes, mejorándolas si era necesario, y uniéndolas en tal forma que llegaran a constituir circuitos, los que circundando los barrios y combinándolos con radiales bien estudiadas, permitirían recoger, encauzar y dirigir el tránsito. Lambert consideró primordial tratar cuidadosamente el tema de los accesos a las ciudades, primero, por lo que toca a la ciudad en sí misma en relación con sus suburbios y el aeropuerto, y también para permitir que los flujos fueran canalizados en forma constante hacia los puntos de importancia de la aglomeración. Se debía evitar la ejecución de plazas y encrucijadas de dibujo atrayente en el plano pero que, en la práctica, tendrían poca adaptabilidad a las necesidades del tránsito de automóviles. 4 Puesta en vigencia administrativa el 7 de febrero de 1936, perfeccionó y dio base legal a numerosas facultades que la Ley Nº 4.563 no le había conferido a los Municipios (M UÑOZ M ALUSCHKA , 1937).

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