Estéticas menores

11.SEXO V LA CIUDAD de performances posporno en el espacio público en el sur de la región. En la búsqueda de identificar estas apropiaciones y poner trazar conexiones entre experiencias localizadas en diferentes territorios de América del Sur, revisaré el trabajo de tres artistas: Nadia Granados con su personaje de La Fulminante (Colombia), Elizabeth Neira (Chile) y Milo Brown (Argentina). Aproximaciones alposporno y sus derivas en América latina «Otro porno es posible». dicen lxs activistas del posporno y ese enunciado condensa el gesto político de intervenir el porno para transformarlo desde adentro. La pospornografía surge a principios de los años 2000 en el seno de activismos transfeministas y sexo-disidentes principalmente de España; que han elegido apropiarse del discurso pornográfico desde múltiples lenguajes expresivos -intervenciones urbanas, performance, fotografía, video- para torcerlo a su imagen y semejanza. No se busca censurar y prohibir la pornografía sino cuestionar los estereotipos de sexo– género que aparecen reiteradamente en las películas porno mainstream. En ese sentido, la apuesta del posporno es clave como acción política: son lxs propixs sujetos excluidxs quienes encaran una producción pornográfica -visual o performática-que lxs represente en sus corporalidades, experiencias y deseos o que les permita polemizar públicamente sobre la sexualidad desde una perspectiva sexo-disidente (Egaña 2017). Hablamos de disidencia para nombrar aquellas formas de hacer política desde la propia carne y desde la propia gesta sexual. La disidencia sexual implica un rechazo a las categorías identitarias, políticas, genéricas; una búsqueda en tomo a los agenciamientos erótico– afectivos; un posicionamiento político que rescata la experimentación de otras formas de existencia desde los márgenes, los devenires, las transformaciones y las desidentificaciones como modo de supervivencia (flores 116 2013; Muñoz 2011).

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