Reescrituras y contraescrituras de la escena de avanzada

132 el doble signo de lo urgido y lo urgente : un sig- no ya pretérito en el momento de su posterior exhibición y que, sin embargo, condicionó su primera aparición histórica. Son múltiples los riesgos de desapropiación y tergiversación de los fragmentos de pasados recolectados, debido a que el traspaso de los archivos locales a redes de mediaciones internacionales torna cada vez más lejanos y difusos sus contextos de emer- gencia periférica. Esto incide en que, primero, sean cada vez mayores los desafíos de traduc- ción internacional entre el Sur y el Norte para compartir significaciones que no pierdan de vista la localización y posicionamiento perifé- ricos del referente original y, segundo, que se vuelva cada vez más necesario considerar estos desafíos de traducción como materia de auto- rreflexión crítica de las políticas de archivo que trabajan las instituciones culturales metropoli- tanas. La primera preocupación nuestra debería consistir en que el Sur no figure en el mapa in- ternacional únicamente como el encargado de proveerle al Norte aquellos archivos de arte y política que lo abastecerán de memorias ajenas, mientras ese Norte sigue reservándose el privi- legio de regular los usos (materiales, simbólicos e institucionales) de los materiales documenta- les que, despojados de sus respectivas funcio- nes enunciativas, son rebajados por los aparatos metropolitanos al rango de simples “fuentes primarias” privadas de discurso. Me propongo revisar aquí algunos dispositi- vos curatoriales internacionales que involucran a un conjunto de prácticas experimentales chi- lenas surgidas bajo dictadura, para reflexionar –a través del eje Norte/Sur y sus desvíos– sobre el vínculo crítico-político entre el repertorio de imágenes de un pasado artístico documentado (la Escena de Avanzada) y las e strategias de (re)con- Archivos de arte chileno, memoria y resistencia crítica, 2007 “Si ser vanguardista, implica por definición estar expuesto a la ob- solescencia, entonces este no fue un problema inherente a las obras chilenas presentadas en París en 1982. Pero la resistencia y nega- ción de modelos internacionales, aun cuan éstos eran apropiados, el intento por autodefinir estas prácticas como eminentemente chilenas, negando cualquier padre e influencia diferente a la propia, fueron factores que contribuyeron en parte al aislamiento del arte chileno de las escenas internacio- nales…El problema continúa sien- do cuán efectivas y vanguardistas fueron las prácticas conceptuales chilenas (de la Escena de Avanza- da). ¿Cuál fue la relevancia de esas obras tanto dentro como fuera de sus fronteras nacionales’ ¿Fue tan sólo una cuestión de contexto lo que les otorgó su estatus radical, estando enraizadas en un ambien- te dictatorial y opuestas a él? ¿O acaso el aparente rechazo inter- nacional refleja una posición neo- colonial que desestima el arte que viene de lugares no-hegemónicos debido a su falta de centralidad?’” Carla Macchiavello en: Ensayos sobre Artes Visuales I, Santiago, CEDOC / LOM, 2011, pp. 111-112.

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