Escultura y contingencia 1959-1973

42 Hitos de una transición: reflexiones sobre escultura en Chile La inauguración de la Escuela de Artes de la Universidad Católica será tomada como punto de partida, debido al carácter rupturista de su enseñanza, cercana a la tradición norteamericana, así como también por la apertura del horizonte de posibilidades que representó para el mundo académico, anteriormente producido solo dentro de los márgenes de la Universidad de Chile. Por otra parte, el golpe militar actúa como un corte violento que a través de sus dispositivos de represión e intervención, tuvo como uno de sus objetivos la clausura de toda forma de librepensamiento en las instituciones educacionales, convirtiendo este momento, relativamente breve pero extraordinariamente productivo, en un recuerdo vestigial que rondaba la memoria histórica del arte en los 60’. Investigar sobre la escultura de estos años es relevante, pues constituye un momento histórico en que convergen diversas variables, siendo su análisis posible sólo desde una mirada a posteriori , vale decir, que a partir de supuestos sitúe los acontecimientos, les otorgue significado y les entregue un valor dentro de un contexto determinado. Así el archivo documental se transforma en fuente en la medida que propicia interpretaciones relacionales de cara a los procesos sociales en los que se vieron insertos. Ahora bien; durante las jornadas de entrevistas, conversaciones y discusiones pudimos darnos cuenta que, dentro de la aparente casualidad de las circunstancias, existieron hitos dentro de la producción escultórica que, contenida en enunciaciones de diversa índole, apuntaban insistentemente a nombres como el de Miguel Rojas Mix, académico de la Universidad de Chile y Director del Instituto de Arte Latinoamericano de la misma institución (1970- 1973), y a Nemesio Antúnez, fundador de la Escuela de Artes de la Universidad Católica (1959), Director del Museo de Arte Contemporáneo de la U. de Chile (1962-1964) y Director del Museo de Bellas Artes (1969-1973). Sin embargo, el Instituto de Arte Latinoamericano (IAL) atrajo con especial fuerza nuestra atención ya que suponía un espacio cúlmine de exhibición de las “nuevas formas” de producción artística durante el periodo. Su corta