Archivo: diálogos iniciales

151 entendida como el tránsito hacia la intimidad desnuda del acto de evocar. 4 Con ello se busca salvar la parálisis del intento de inteligir el pasado de manera meramente contemplativa e impugnar al observador hacia su propio acto testimonial. Como explica Beatriz Sarlo, no hay experiencia, no hay memoria, sin el encuentro con la narración. El narrador de la experiencia une su cuerpo y voz al pasado y así materializa la memoria en el presente: “...libera lo mudo de la experiencia, la redime de su inmediatez o de su olvido y la convierte en lo comunicable. La narración inscribe la experiencia en una temporalidad que no es la de su acontecer (...), funda una temporalidad que en cada repetición y en cada variable volvería a actualizarse.” 5 Para interrogar la poética de esta memoria, es preciso analizar el particular lirismo que desarrolla el hijo, o hija, esposo o esposa, compañero o compañera: su retórica, sus tropos, sus silencios y su tono. En definitiva, desde esa poética memorial, se establecen sus dimensiones simbólicas, se conjura así su subjetividad y particular “idiosincrasia”–en los términos de Augé–, para examinar la forma en que ésta dialoga con el relato grupal de una generación golpeada por la violencia del horror. El contrapunto que entablan estos testimonios con esa coyuntura histórica– trascendiéndola, ajusticiándola o minimizando la violencia de su destrozo vital–, permite vislumbrar el destino fabular asignado a cada uno de ellos. Comprendiendo las maneras en que se vincula con el horror de esa violencia, es posible establecer la sabiduría existencial de estas historias de vida. Como se verá, este archivo se construye como un meta-archivo del depósito familiar de los propios familiares de detenidos desaparecidos, alegorizando la dialéctica que estos relatos entablan con diversos objetos, Verónica Troncoso | Paulina Soto 4. El viaje es entonces una invitación al “deber ser” de la memoria que, tal como explica Augé, lejos de la monumentalización, se relaciona con la tarea de los descendientes y: “La vigilancia (que) es la actualización del recuerdo, el esfuerzo por imaginar en el presente lo que podría asemejarse al pasado, o mejor (pero sólo los supervivientes podrían hacerlo y son cada vez menos numerosos) por recordar el pasado como un presente, volver a él para reencontrar en las banalidades de la mediocridad ordinaria la forma horrible de lo innombrable”. Op cit, p. 44. 5. Sarlo, Beatriz. “Tiempo pasado, cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión”. Buenos Aires, Siglo XXI: 2005. p. 29.

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