Poéticas de la intemperie

48 Poéticas de la intemperie aparentemente borra a la otra, se deforman en el encaje con lo que era de antemano, se bifurcan sus líneas tal como un trazo de escritura salta y se desvía imperceptiblemente por acción de algún surco escondido bajo el papel o bajo la pintura aparentemente inmaculada de una muralla. Se quieren tramar sobre cuerpos siempre de antemano densos de tiempo, porque siempre alguna seña ha quedado, aún en el blanco que deja la exasperada limpieza que quiere olvidar que ahí había una mancha. (Recuerdo aquí las manchas de sangre que impregnan materialmente nuestra topografía.) Se puede entender huella también como la emanación que dejó una cosa: alguien habló, miró, tocó, dejó el rastro intangible de un estar o ser ahí. Es lo que quedó, lo que puede ser presencia aún en la borradura o en ausencia definitiva, es una cosa o manifestación casi siempre huérfana sin origen discernible, sin referente ni padre conocido y que a su vez se nos hereda cotidianamente a la mirada. Ya estoy hablando de patrimonio o memoria Intangible : Lo que no se puede tocar. Luego averiguo que una de las líneas de investigación de ese magister se presenta como Patrimonio Inmaterial y Prácticas Artísticas. Entonces también se trata de lo Inmaterial . El diccionario sólo dice: lo que no tiene material. De lo anterior se entiende que no sería algo que se nos manifieste necesariamente en tanto cuerpo sensible, palpable o visible en el sentido literal de los términos. Pero podemos aventurar que sí se puede experimentar algo ahí, intuir o como se le quiera llamar a esa clase de inmanencia. No es cuerpo, pero se manifiesta por medio o entremedio de los cuerpos, de las cosas, en sus intersticios, alojado en una oquedad no siempre física pero siempre molde vacío, en objetos y muros que son como la cara interna de un sudario sin revés cuyo cuerpo es la calle. Inscripción de sombras proyectadas una sola vez sobre el muro y congeladas silenciosamente en la imaginación, otras veces bajo la forma del testigo, rastros de experiencia, intensidad, muerte, vergüenza, banalidad y vida en constante borradura. Imposible no pensar aquí nuevamente en la pizarra o block mágico de Freud 21 que recibe trazo sobre trazo siempre ocultándose al levantar el papel de la tablilla de 21. Sigmund Freud, “El malestar en la cultura”, citado por Marc Augé en “El Tiempo en Ruinas” Ed. Gedisa, Barcelona, 2008.

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