Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

86 XV La conformación de un “artista profesional” resulta algo confuso a nivel local. ¿Sería esta la labor de una institución universitaria? ¿Profesionalizar la disciplina? No deja de ser curioso el siguiente aspecto: que una importante cantidad de egresados de licenciatura en artes visuales no distingan con claridad entre un grado académico y un título profesional. Tampoco entre una tesina, una monografía, una memoria o una tesis académica. Esto se complementa con el escaso conocimiento del contexto profesional. La mayoría de los estudiantes de arte desconocen sus únicas posibilidades de desarrollo profesional y económico: la otorgada por la carrera académica y la promocionada por la carrera como artista profesional. Una refiere a la investigación y la docencia (la adquisición de grados académicos sucesivos), la otra a la capacidad de instalarse como artista visual en el circuito local y global (la adquisición de méritos acreditables por un currículo otorgado por el circuito artístico). ¿Qué queremos, bajo las actuales condiciones del contexto artístico global? ¿Académicos o artistas o ambas cosas? La respuesta a estas interrogantes incluye obviamente el destino del arte local en la creciente crisis de la enseñanza artística y humanista. Quince notas acerca de la educación del arte en Chile

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