Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

188 6 Por lo expuesto, el modelo autopoiético toca con saberes importantes que obligan a revisar cuestiones tanto filosóficas, como éticas, sociológicas y por cierto estéticas, incluso aspectos como la intuición y la conciencia, tienen su soporte en lo biológico, en fin, todas cuestiones complejas cuyo lugar de estudio, discusión e investigación es precisamente la universidad. Otra ventaja con que coopera la visión biológica de una pedagogía, es que al no despreciar a priori nada del soporte humano, debe incluir todo lo que sirva en bien de la producción de realidad, así, las habilidades o capacidades heredadas genéticamente –visomotoras en nuestro caso– debieran ser tomadas en cuenta o potenciadas; y no estigmatizadas como asuntos menores, resabios de egotismo renacentista o de genio taumaturgo. Los alumnos no son a-luminis ; llegan con su luz mental y somática, cuestión que como mínimo acto de humildad hay que respetar. Pensemos, entonces, en atender a un estudiante que, prejuiciado o no, ya trae algo con qué contribuir. Entender esto significa de paso una docencia, ni culposa ni culpabilizante, sino estimulante. Este es el bosquejo de un paradigma que suponemos como punto de inflexión a la manera como comprendemos y producimos nuestra realidad, la contemporánea. En eso estamos, con diversos grados de aprehensión al interior de la institución y de comprensión externa, según sea el espacio de circulación. Sin embargo, sería inexacto decir que hemos sido superados por las dudas: estamos en vilo, condición que no se debe perder. Escuelas de arte, formación artística y crítica. Un informe desde Concepción

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