Escuelas de Arte, Campo Universitario y Formación Artística

182 universitaria, impulsó cambiar la concepción formadora del arte, nos lleva también a ser cautelosos respecto de acelerar ciertas premisas renovadoras descuidadas que tienden a conservar las ideas de un progreso evolutivo moderno; unas ideas basadas acaso en algún darwinismo social que, en el caso del arte, supondría la obsolescencia y consiguiente superación de las prácticas que definieron la academia tradicional. En tal sentido, estamos en vía de estimular un paradigma en que la actividad investigadora tiene ante sí una superficie de textura heterogénea y de múltiples territorios en los que trabajar para resignificar el presente visual . Y cuando decimos presente visual, estamos por supuesto refiriendo la generación de focos de producción inmanentes, en el aquí y el ahora como se gusta en decir, pero comprendiendo que el espesor de esas dimensiones espacio-temporales no se agota en la propedéutica explicación que le reduce al ahora que marca el reloj y al aquí socio-geográfico inmediato. 2 Por esas razones, entendemos lo puntual e inmanente como una multiplicidad de coordenadas en cuyas intersecciones se generan grumos de realidad que circulan por un territorio espacio-temporal “agujereado”, y por consiguiente apto para la aparición en presente de múltiples cosmogonías, flujos e influjos. Sabemos, sin embargo, que la idea de un presente poroso , podría representar un riesgo al momento de discernir acerca de cuáles de todas las posibilidades que circulan por sus agujeros son legitimables como arte situado. Es justamente por eso que creemos importante concebir un licenciado dispuesto a la investigación dúctil y multidimensional, destrabado y si se quiere subjetivamente desgreñado, pero lúcido, riguroso y conciente al momento de ubicar sus intuiciones en la grilla conceptual con que trabaja, indaga y produce. Ponemos atención en la diversidad porque notamos que al confiar tanto en las herramientas de la crítica sociológica, la investigación suele adquirir un sesgo que se hegemoniza en la mecánica del comportamiento humano social externo, estratificándose así en un sistema de arte que opaca aspectos de lo humano- personal-interno; es decir de regiones existenciales que creemos insoslayables de la condición humana y de sus potenciales focos de producción artística. Al mismo tiempo, sabemos muy bien que dicha interioridad copó sin mucho contrapeso Escuelas de arte, formación artística y crítica. Un informe desde Concepción

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