Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

69 por 200 países. La posición rígida del presidente Trump está en cuestionamiento mundial. A lo que se agrega que, en estos días, 477 instituciones de inversionistas exigieron a los Líderes mundiales que cumpla los objetivos del Acuerdo de Paris. Las reacciones de los diferentes actores de la sociedad chile- na, comunidad científica, empresarios, dirigentes del ámbito político y social, han sido bastante favorables, tanto por la di- fusión significativamente mayor de la temática en la sociedad, como por la oportunidad que significa tener en el país a más de 170 países congregados. La expectativa mundial sobre esta Conferencia es importante, porque muchos esperan que esta sea efectivamente una oportunidad para un avance más com- prometido en los acuerdos de eventos previos. Una buena dosis de expectativa se cierne sobre USA y China, los dos países más responsables de las emisiones de los GEI y que, por el momen- to, no anuncian cambios significativos a sus posturas previas. Gran parte del éxito de este importante encuentro es que se avance en el compromiso de todos los países y que ello impli- que un compromiso mayor de USA y China con sus metas de reducción de los GEI. Buena parte de los diagnósticos y de los avances del Comité de Científicos adherido a la COP hablan de un agravamiento de la crisis ambiental vinculada al cambio climático, que aumenta la superficie oceánica, que los desastres naturales son más recu- rrentes año a año y que los avances comprometidos no logran concretarse. Una esperanza está puesta también en los movimientos sociales internacionales, que han avanzado de un modo muy importan- te en su lucha por la protección del planeta y que, como conse- cuencia, van generando una mayor conciencia sobre la crisis y los cada vez menores márgenes de acción y que estamos cada vez más cerca de una Tierra distinta, que de no tomar acciones globales se puede hasta llegar a un retroceso civilizatorio. Y no son sólo carteles, son miles de jóvenes idealistas y movimientos de base ecologista. Hay mucha evidencia científica y ello tendrá que estar presente en las deliberaciones y en acuerdos más sóli- dos de compromiso. Es con esas estimaciones que Santiago de Chile recibe la COP 25. Será un nuevo encuentro anual, que reitere, actualice y re- frende acuerdos formales; profundice en los diagnósticos crí- ticos y, genere un ajuste los planes de acción. Esperamos sea un “punto de quiebre”, abierto a acuerdos mundiales efecti- vos, monitoreo y revisiones de gran calibre; modificaciones de los protocolos existentes y. un aumento cualitativo de la acción climática. No obstante, la efectividad de los avances siempre está en duda y, para los más conocedores de estas reuniones internacionales, las apuestas están repartidas, siendo menos los optimistas. Para Chile, si se abre una enorme oportunidad de consensuar un Plan de Acción Climática Nacional y regional de envergadura.

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