Cambio climático y desastres naturales : acciones claves para enfrentar las catástrofes en Chile

199 zado voluntariado, la institución avanza en su profesionalización, la formación rigurosa de voluntarios(as), sus campos de entrena- miento y formación con su eficacia probada. Lo veremos con ma- yor detalle en acápite a continuación. El Sistema de Protección Civil requiere hacer una apuesta por afianzar sus vínculos con los subsistemas de Salud y de Educación. En ambos casos, la extensa cobertura de infraestructura y personal instalado garantiza el sostenimiento del Sistema de Protección. Los establecimientos de la red de Salud en línea y su capacidad opera- tiva son puestos a pruebas en cada Desastre Natural. Las escuelas, liceos y jardines preescolares son instalaciones fundamentales para la clave tarea de prevención y lo son también como albergues y centros operativos en los desastres mismos. Debemos valorar más la formación de la comunidad a través de las instalaciones escola- res y de salud, gestando condiciones adecuadas para una acción compartida con la población, cuya disposición a actuar en estas circunstancias está suficientemente probada. La incorporación de los sistemas de salud y educación pública al SNPC es esencial, en las acciones de prevención, en la acción en el enfrentamiento de los desastres y en la rehabilitación y reconstrucción de dichos servicios post catástrofes. 4. Bomberos, instituciones de operación y voluntariado y otras entidades sociales fundamentales. La prevención y actuación frente a Desastres Naturales en Chile ha mostrado con nitidez la presencia de instituciones no guber- namentales de mucha relevancia, las que es necesario afianzar y ayudar a su propia operación y gestión en Red, acogiendo las particularidades y ventajas comparativas de cada una. Existe una tradición operativa de Defensa Civil, Cruz Roja, Bomberos, Ra- dioaficionados, Clubes Aéreos y un sin número de instituciones del voluntariado, que deben ser rescatados y potenciados en un buen SNPC. Este “mundo de ONGs” constituye una peculiaridad chilena que debe potenciarse en la prevención y el enfrentamiento de Desas- tres. Hace décadas que su rol se reivindica con mayor fuerza, habi- da cuenta de las debilidades de la institucionalidad gubernamen- tal y de la ausencia de organizaciones más permanentes y sólidas frente a las emergencias. Esta respuesta de la sociedad civil, con sus heterogéneas formas de organización y acción, se ha ido adap- tando con los tiempos, crecientemente profesionalizando, especia- lizando y desempeñando crecientemente roles colaborativos con las instancias públicas. No se trata de idealizar el variado espectro de las ONG. Muchas de ellas son circunstanciales y, en algunas ocasiones, actúan de modo más bien alternativo a la conducción pública. En la última década, sin embargo, se ha ido imponiendo una lógica cooperativa con las entidades estatales, desde el perfil propio de cada entidad. Un principio fundamental es que se produce una movilización de un voluntariado civil consciente, comprometido y constructivo. En la medida que la acción de estas ONGs sea coordinada eficazmen- te, asignando competencias y roles precisos a cada institución, ten- dríamos una respuesta civil sólida y de mayor envergadura. La Defensa Civil es una entidad que, para situaciones establecidas como emergencias, moviliza a un número importante de volunta- rios, que cumplen un rol auxiliar de apoyo a las poblaciones sinies- tradas, entregan orientaciones respuestas en las crisis, ayudan en las eventuales evacuaciones y desplazamientos de familias directa- mente afectadas y buscan minimizar las externalidades negativas de emergencias y catástrofes. Convocan una variedad importante de gente joven, entregan capacitación y adiestramiento esencial y

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