La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

41 etapa; las FFAA y Carabineros siguen desempeñándose en la mantención del orden público, la seguridad los desplazamien- tos ordenados y sus diferentes equipamientos; la ONEMI or- ganiza los esfuerzos de ayuda y restauración de la normalidad; la CONAF va programando la formación de las brigadas de combate y comienza a organizar los catastros de las perdidas y en particular de los pequeños propietarios; las empresas fo- restales y la CORMA extraen las primeras lecciones para “no repetir” en las siguientes temporadas, fortalecen a sus brigadas con equipos especializados, aumenta el trabajo asociado entre empresas y pone en discusión nuevas ideas de regulación pro- ductiva; los Alcaldes mejoran la mantención de los cortafuegos y otras defensas futuras, gestionan los albergues hasta su cierre, limpieza y adecuación para un año escolar que debe partir la primera semana de marzo; las distintas agencias públicas, en el marco de sus respectivas atribuciones y potestades, avanzan en el reconocimiento de actividades productivas y fuentes labora- les inutilizadas o lesionadas, suministrando los subsidios y las ayudas correspondientes; los Gobiernos Regionales asumen la conducción estratégica de recursos, preparación de proyectos reconstructivos y apuran acuerdos con los respectivos Ministe- rios en cada territorio. En definitiva, el camino de la normali- zación sigue siendo una estrategia de amplia convocatoria y de agentes actuando coordinadamente, “Todos con todos”.

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