La tormenta de fuego y la Nueva Santa Olga

155 Con los tiempos disponibles para este esfuerzo, solo unos meses, pudimos llegar a estos “informantes claves”, los que efectuaron sus aportes de modo libre, apoyándonos a lo más en una guía de en- trevistas y opiniones fundadas, lo que dista muchísimo del rigor de una encuesta sistemática y plenamente científica. También, como es natural, la gran mayoría de ellas y ellos, tienen opinión fundada sobre el o los aspectos, tiempos y eventos en que conocieron esta catástrofe. De modo que estas opiniones tienen tanto aspectos es- pecíficos como generales. Principal importancia tiene la consideración de las familias afecta- das. Se han concentrado los esfuerzos en la opinión de las dirigen- tes y personas más representativas de Santa Olga (5, 14, 10, 24, 19, 28, 36, 42, 54, 62, 67, 85, 98, 111, 119, 122, 130, 134, 135), porque además ellas son las que han vivido y viven el conjunto del desastre aquí descrito. Sufrieron de modo directo, violento y muy grave la Tormenta de Fuego que arrasó literalmente su localidad, asistieron a la convalecencia y rehabilitación de los vastos territorios foresta- les afectados y han vivido y viven la reconstrucción de Santa Olga. Con todo, se efectúa aquí un intento de sistematizar información tan variable y en un periodo breve, de modo que esta “visión de los actores” sea una primera aproximación a investigaciones poste- riores que puedan escudriñar en mucho elemento específico hacia el futuro. A pesar de ello, los informantes asumen lecciones signifi- cativas y buscan, desean y anhelan un “nunca más” (23), tratando que esta catástrofe marque un “antes y un después” (44) en Chi- le. Que surja una “nueva prevención y sistemas de alerta” (27), “nuevas formas productivas” (21), “una nueva relación entre los asentamientos humanos y las zonas de plantación forestal” (69), ”formas asociativas aún más eficientes entre actores públicos y pri- vados” (51, 129), “respuestas como país y no divididas por política ni por administraciones” (144), “una preocupación aun mayor por las familias afectadas, sobre todo las desplazadas” (39) y muchos otros aspectos, los que serán sistematizados en el capítulo final de “Lecciones”. Se ha hecho referencia a los informantes claves (IC) que usaron ese lenguaje y los conceptos señalados. Finalmente, surge una temática clave de esta catástrofe, la forma asociada en que el sector público y el privado fueron enfrentando de modo conjunto la crisis. Es quizás el aprendizaje mayor y cruza la opinión prácticamente de todos los informantes consultados. La confianza construida por una relación buena, precisa y eficiente, es “la lección para Chile”. Las opiniones, juicios, críticas y propuestas, del conjunto extenso de informantes claves considerados incorporan aspectos muy di- versos, a los que haremos referencia en estas páginas. Un capítulo inicial sobre opiniones generales, comunes a todos ellos, que pro- vienen del mundo gubernamental y estatal central y regional; del ámbito propiamente empresarial y de las instituciones de apoyo y solidarias; de la institucionalidad municipal y de los medios de comunicación. Un capítulo final dedicado a acoger a los dirigentes de los Comités y representantes de las familias, que constituye la base de las opiniones sociales.

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