Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

39 incisiva que hace algunas décadas y aunque –de otro lado- no pueda olvidarse que a lo largo de nuestra historia no dejó de suscitar cuestionamientos distintos pero casi siempre radica- les y hasta apocalípticos (desde Guamán Poma hasta algunos positivistas). (1996, p. 54) Esta prevalencia, sin embargo, ha derivado en una revisión crí- tica de sus innumerables usos y derivaciones (cultura mestiza, literatura mestiza, teatro mestizo, por citar algunos), siendo el punto central de objeción aquello que Cornejo Polar (1996) tra- duce en términos de una “ideología salvífica” que opera, en sus palabras, como “síntesis conciliante de las muchas mezclas que constituyen el cuerpo socio-cultural latinoamericano”. ( Ibid ., p. 54) La referencia obligada, en opinión de este autor, es la con- cepción mítica de “raza cósmica” (Vasconcelos), constituida en verdadera “exacerbación hímnica de algo así como un supermes- tizaje –que sería, además, la razón legitimadora de la condición latinoamericana-.”. ( Ibid ., p. 54) A juicio de Cornejo Polar, ni la categoría de mestizaje ni la de transculturación representan opciones capaces de interpretar el amplio espacio cultural lati- noamericano. Si el mestizaje supone una “síntesis conciliante” de la profundidad abismal que separa a comunidades que resisten el ideal homogeneizador, la transculturación no logra constituir una superación epistemológica con respecto a ésta, siendo, en palabras de Cornejo Polar, solo una expresión más sofisticada o compleja, pero en ningún caso una diferencia heurística con respecto a la primera categoría. Al respecto, una precisión de Raúl Bueno (1996) resulta muy per- tinente:

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