Teoría crítica del teatro latinoamericano: una introducción

37 En una perspectiva teórica relativamente cercana, podemos reco- nocer el trabajo de Silvia Rivera Cusicanqui (2015), quien se propone articular una sociología de la imagen a partir de los registros orales de comunidades que conforman su propio antecedente histórico. Según sus palabras, “las imágenes nos ofrecen interpretaciones y narrativas sociales, que desde siglos precoloniales iluminan este trasfondo social y nos ofrecen perspectivas de comprensión crítica de la realidad”. (2015, p. 176) En sus inicios, la sociología de la imagen cultivada por Rivera Cusicanqui era un seminario de métodos cua- litativos destinados a conformar una memoria de lo vivido a partir de una artesanía de la oralidad. Su trabajo puede ser relacionado con las prácticas de teorización visual del mundo colonial repre- sentado en los dibujos que acompañan la carta de Guamán Poma de Ayala: Primer Nueva Coronica y Buen Gobierno , escrita hacia 1612- 1615 7 . Como sabemos, esta carta de mil páginas integra más de tres- cientos dibujos a tinta, los que junto a diversos giros del habla oral en qhichwa, además de canciones y jayllis en aymara, conforman una representación de “Mundo al Revés” producto de la experiencia cataclísmica de la conquista y de la colonización. La noción indíge- na de Pachakuti –revuelta o vuelco del espacio-tiempo- representa el inicio de largos ciclos de catástrofe o renovación del cosmos, y constituye un marco de teorización visual de la colonización de la población y el territorio de los Andes a la corona española. 7 El relato-descripción de Rodrigo Cánovas (1993) resulta muy preciso al respecto: “Hacia 1615, el indio peruano Felipe Guamán Poma de Ayala emprende viaje desde su provincia natal del Perú, Lucanas, hacia la Ciudad de los Reyes (Lima), para hacer entrega a las autoridades de un manuscrito suyo, compuesto de su puño y letra, de 1.189 fojas y 398 dibujos, que titulado El primer nueua crónica y buen gobierno . La corónica nombra el origen, cuenta el pasado de los pueblos andinos, denuncia las miserias del presente y revela un nuevo porvenir a la luz de modelos culturales nativos. Está concebido como un Libro del Mundo (una Biblia andina), que programa al Sujeto, el Tiempo y el Espacio, desde una letra sagrada, donde dibujos y trazos escritos se mezclan formando una sola unidad de sentido”. (p. 11)

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