Re-vision del cine chileno

El valor de cada plano no está puesto al serv1c10 del montaje posterior, sino en sr mismo, por el uso del tiem– po real. Así, Giambastiani permite al espectador leer ola imagen con posibilidades de seleccionar lo que parezca más interesante. Esta visión objetiva de la realidad define ta puesta en cámara, de una asombrosa belleza primitiva. Los cambios de encuadre no se producen por corte, sino dentro de los mismos planos que operan como unidades autónomas. los niños, por ejemplo. saliendo de la boca del túnel aparecen primero en Plano General. al acercarse quedan en Plano Medio y por fin su rostro se enfrenta a la cámara en Pri. mer Plano, dentro de la misma toma: así la situación se expresa por sí misma. En igual estilo cinematográfico el realizador usa las panorámicas descriptivas y la profun– didad de campo. Todos estos elementos -que posteriormente han sido retomados por los "nuevos cines"- son manejados por Salvador Giambastiani apoyándose en su pura intuición artística como una manera de aproximarse a la realidad respetando el proceso registrado. Usa el espacio cinema– tográfico como un modo de observación propia (Giambas. tiani camarógrafo) y de allí se desprende que el tiempo de duración de -los planos sea el tiempo real de alguien que desea conocer de buena fe lo presentado ante sus ojos. El registro del mineral "El Teniente" está basado en un lenguaje de conocimiento. Por ello cada vez que un espec– tador atento asista a la proyección del documental reali– zará un proceso de observación, junto con la cámara de Giambastíani, retrocediendo en el tiempo. Es por cierto una de las metas más altas a las que pueda aspirar un documentalista. 360

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