El sexto continente : filmación en la Antártica chilena 1916-1973

51 mera etapa del plan estudiado” ( Boletín de la Universidad de Chile , Nº 2, 1959, p. 66) Durante este periodo, y bajo el nombre de Centro de Cine Experimental, se pro- ducen dos películas más de Sergio Bravo, “Trilla” (Sergio Bravo, 1958) y “Día de Organillos” (Sergio Bravo, 1959), las cuales se proyectaron en conjunto en el mes de agosto de 1959. Reseñadas por revista Ecran , destaca entre ellas “Imágenes antárticas”: “Es posiblemente, el más interesante de los cuatro documentales. Si se hubiera contado con mayores elementos y presentado en colores, sería un documental extraordinario, ya que la fotografía consigue los más curiosos y bellos efectos, revelando al mismo tiempo una región para nosotros desconocida. Fue filmado con ocasión de una expe- dición organizada por el Comité Ejecutivo del Año Geofísico, 1957. Muestra la permanencia de los glaciólogos en las islas Shetland del Sur. Magníficamente combinadas, las imágenes alternan las investi- gaciones científicas con los majestuosos paisajes y las costumbres de los animales, entre los cuales resalta el torpe y gracioso ejército de pingüinos. Las conformaciones naturales de los blancos picachos, los inmensos y caprichosos bloques de nieve, las heladas inmensida- des, se combinan con situaciones de movimiento y de actividad. Muy buenos, tanto la fotografía como el montaje. Excelente selección en las vistas conseguidas” ( Ecran, nº 1490, 18 de agosto de 1959, p. 27). Esta exhibición se dará en un contexto magro en cuanto producción del cine chile- no. En el año 1958 no se estrenó comercialmente ninguna producción nacional, y en 1959 solo llegó a las salas “La caleta olvidada” (Bruno Gebel, 1959). Por otra parte, la producción de documentales se circunscribía únicamente a películas financiadas por empresas o instituciones, lo cual limitaba el carácter artístico y autoral de ellas, como en el caso de “Valparaíso” (Boris Hardy, 1959) producida por Emelco para la Municipalidad de Valparaíso, o “Tierra dulce” (Fernando Balmaceda, 1959) produci- da por Cinep para la Industria Azucarera Nacional (Iansa). De esta forma, el apoyo de la Universidad de Chile, por medio de su Secretario General Álvaro Bunster, sería determinante para fomentar una nueva generación de cineastas ajenos al campo comercial e industrial, cuyas exploraciones serán clave para reconfigurar una forma de comprender la naturaleza y significado de un cine que tomara dis- tancia de las dependencias existentes hasta ese momento. “Imágenes antárticas” oscila entre el carácter educativo y la delicadeza de imágenes que, simbólica- mente, hablan de un Chile desconocido y su necesidad de constituirse en imagen, abriendo con ello el camino hacia un cine independiente a los afanes comerciales, con una clara intención exploratoria que posteriormente renovará las prácticas del cine chileno.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=