El sexto continente : filmación en la Antártica chilena 1916-1973

22 Será en este periodo cuando Chile pasa a la ofensiva, enviando a inicios del año 1947 una flota compuesta por la fragata Iquique y el transporte Angamos, expedición dirigida por el capitán Federico Guesalaga, y que tenía como objetivo fundar la primera base antártica chilena. Las naves emprendieron su viaje desde Valparaíso los días 8 y 28 de enero respectivamente, haciendo un alto en Punta Arenas. Arribarán a la isla Soberanía el día 12 de febrero, casi un mes después de iniciada la expedición, en medio de una importante cobertura mediática que destacó el inédito objetivo de asentar un grupo humano en inhóspitas condiciones climáticas. La tripulación estuvo compuesta por un variopinto grupo que incluía biólogos, geólogos o médicos, pero también intelectuales, diplomáticos y periodis- tas, una combinación de civiles y militares entre los que destacaban los biólogos de la Universidad de Chile Guillermo Mann, Parmenio Yáñez y Juan Lenguerich, el arquitecto Julio Ripamonti, los escritores Enrique Bunster, Eugenio Orrego Vicuña y Francisco Coloane, los periodistas Oscar Vila Labra, Pablo Estay y Jenaro Medina, el historiador y diplomático Oscar Pinochet de la Barra, además de una delegación argentina invitada. Las actividades del grupo expedicionario consistieron en asentar las condicio- nes para la supervivencia. El arribo diferenciado de la fragata Iquique, que llegó veintidós días antes que el Angamos, desplegó la búsqueda de un territorio donde emplazar la base, lo cual también evidenció una descarnada carrera entre países por colonizar tierras antárticas: “Lamisiónque llevabael comodoroGuesalagaeraubicar un sitioapro- piado para construir la base chilena, lo más al sur posible, ojalá en la bahía Margarita. Lo que ellos no sabían –ni nadie en el gobierno- era que Marr no se había contentado con explorar la zona desde el ve- rano 1944-1945, sino que estaba instalando puestos en las mejores y más conocidos lugares costeros. Así lo comprobaron al llegar a la ba- hía Almirantazgo, de la isla Rey Jorge. Al día siguiente visitaron, por primera vez, la isla Greenwich y luego de recorrer su bahía partieron en busca de una más conocida, a la isla Decepción, sólo para ver que allí existía otra construcción inglesa. Decidieron entonces seguir más al Sur, por la costa oeste de la Península Antártica. Llegaron espe- ranzados al archipiélago Melchior y esta vez no encontraron ingleses, sino argentinos que trabajaban afanosos levantando una base en la pequeña isla Gamma. Quedaba siempre la posibilidad de Lockroy, poco más al Sur, y se navegó a toda máquina por los canales Gerla- che y Neumayer; pero Lockroy tenía ya ocupantes ingleses. Luego, la barrera de hielos cortaba el paso a bahía Margarita, que había sido la meta primitiva. Se resolvió volver a la mejor bahía deshabitada que se había encontrado hasta ese momento, en la isla Greenwich, donde se llegó de amanecida el 27 de enero y se comenzó inme-

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