Seminario Internacional : Profesión docente y educación continua en América Latina : aprendizajes y desafíos

46 SEMINARIO INTERNACIONAL PROFESIÓN DOCENTE Y EDUCACIÓN CONTINUA EN AMÉRICA LATINA: APRENDIZAJES Y DESAFÍOS docente, sino que forma el poso corporeizado desde el cual miramos lo que nos acontece en el mundo educativo. Por otro lado, Jean Clandinin (1993) añade que el saber y el aprender se integran en la historia personal; es decir, que sostenemos nuestro saber pedagógico como un saber personal configurado en la historia quevivimosyen las historias que nos hemos contado. Por ende, vivirnos como docentes desde esas historias permite que vayamos reconfigurando nuestro saber pedagógico personal, que es el que en definitiva tenemos como saber no desconectado de nosotros/as mismos/as; un saber desde el que vivimos y actuamos. Al pensar en el saber práctico y personal recuerdo las palabras que Jean Clandinin compartió conmigo en nuestro primer encuentro en una cafetería pequeña de la ciudad de Edmonton (Canadá). Revivir ahora aquella conversaciónme permite atender al saber práctico como un saber que habita en nuestras experiencias pasadas, así como en nuestra mente y en nuestro cuerpo y que, por ende, también se hará presente en nuestros planes y acciones futuras. Así, el saber práctico y personal es aquel que conocemos primero, aquel que hemos hecho propio antes incluso de impartir nuestra primera clase. Es un saber que viaja con nosotras, en nuestros cuerpos. Y que siempre está vivo. Un saber modificado por las narrativas sociales, culturales, políticas, lingüísticas, familiares e institucionales de las que formamos parte. Un saber que, en muchos programas docentes queda invisibilizado, pero es a través de él que entramos en relación con el mundo. En una de mis primeras clases en la universidad les hablaba a mis estudiantes de la intuición, de cuán importante es escucharnos y sabernos. En aquella clase, que era una substitución al que era mi director de tesis doctoral, compartí con las y los estudiantes aquello que estaba explorando al ir a observar dos veces por semana a una escuela de Educación Primaria. En el proceso de vivir, contar, recontar y revivir, una estudiante se mostró muy inquieta ante mi puesta en escena con el asunto de la intuición. La clase finalizó, pero yo me quedé pensando en su rostro. No la conocía, pero al mirarla intuí que algo le había hecho ruido, que algo le había tensionado. Al cabo de los años me reencontré con aquella estudiante. No la reconocí, pero ella se acercó y me dijo: “me quedé preocupada porque no sabía si sería buena maestra, pues no sabía (entonces) dónde encontrar mi intuición”. Ahora creo que eso a lo que yo llamaba in- tuición tiene que ver con el saber práctico y personal del que hablaba antes. En este sentido, tener en cuenta los saberes personales de otros/as conlleva observar cómo nuestros saberes personales dan también forma al saber profesional, así como a las historias docentes en las que vivimos. El saber profesional, en cambio, lo podemos ver como “una composición de rela- ciones, lugares y cosas que se mueven en un paisaje moral e intelectual” (Clandinin y Connelly, 1996, p. 4-5). Ese saber nos permite hablar de espacio, lugar y tiempo. Por eso es importante ver el saber docente como un paisaje más amplio que la escuela y que el centro educativo. Es un saber, o unos saberes, que nos transcienden y que va más allá de nosotras. En las diversas escuelas que he visitado me han enseñado que debo acercarme a los saberes como si fueran historias. Como aquellas historias que están o que se van plantando en la escue- la y en cada una de las personas que la conforman. Y, entonces, me pregunto: ¿qué historias y qué saberes queremos plantar en la educación continua?; ¿de qué manera creamos espacios formativos en los que el saber de la experiencia se convierta en el hilo de sentido central? La indagación narrativa como modo de convocar el saber El enfoque narrativo reconoce las experiencias humanas como entidades dinámicas que están en constante cambio. Además, las historias “hacen explícito lo implícito, lo escondido visible, lo no formado conformado, y lo confuso claro” (Chou, Tu y Huang, 2013, p. 60). Quienes trabajamos

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