Poesía Chilena en dictadura y postdictadura

88 | Asimismo, la deformación grafémica o visual de la diagramación se- ñala, en los primeros poemas, con un rect ngulo en blanco al centro de la p gina, un vacío que correspondería a un significante reprimido (Valdés, 1996) o sustraído de los discursos posibles acerca de la nación. Vacío que ex- tiende su latencia como atributo o reverso del signo, que en el último poema se transfigura en imagen actuante, ya que “La bandera de Chile es usada de mordaza” 2 (Hern ndez, 1991, 33). A estas implicancias obedecen variadas enunciaciones que constatan la fuerza imperante, cuyo eco persuasivo dicta: “en boca cerrada no entran balas” (14) 3 . Esta pugna discursiva, adem s, se despliega a través de la conjetura de los hitos de la transformación urbanística y ritos de monumentalización del régimen —de modo coincidente con los poemas de El Paseo Ahumada de Lihn (1983)—: “de nuevo la boca escupe la chacarilla vomitosa / aun- que le cueste los dientes” (Hern ndez, 1991, 26). Recordemos que Chaca- rillas fue un rito del replanteamiento del régimen, que convocó, en 1977 a 77 jóvenes dirigentes y líderes de distintas reas (espect culos, deporte, estu- diantiles, etc.) para rendir un homenaje a los 77 soldados m rtires de la Ba- talla de Concepción. Con antorchas, en las escaleras de un promontorio o Caracol de Piedra, en el cerro San Cristóbal. Estos personajes escoltaron al dictador, quien desde la cima o altar disertó sobre los principios de la “Nue- va Democracia” (Err zuriz y Leiva, 2012). La somatización del repudio con- tra este rito es consistente con una corporeización femenina y sexualmente vulnerada del estandarte, una víctima colgando sobre el Altar de la Patria y la Llama de la Libertad Eterna, con “las piernas al aire” con “una rajita en medio / una chuchita para el aire / un hoyito para las cenizas del General O’Higgins” (18). Esta irónica confrontación sienta la base de la poética de Hern ndez. 2  Es interesante señalar la iteración de este elemento en la poesía chilena de la época, por ejemplo, como un elemento central de La ciudad , de Gonzalo Mill n (1979), pues ven- da y mordaza improntan violentamente las posibilidades de comprender y enunciar el presente y la disidencia a las imposiciones discursivas y f cticas de la dictadura. 3   Verso que también figura, literal, en La Ciudad .

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