Poesía Chilena en dictadura y postdictadura

44 | dej ndola vacía. La sociedad capitalista importada por la dictadura enaltece el consumismo y es completamente improductiva: “sin darse cuenta, est n en un sistema que les permite conductas aberrantes, socialmente aberrantes” (“Chile es una gallina de cuatro patas” 40). El Paseo Ahumada es una calle que fue convertida en paseo peato- nal en Santiago de Chile en 1978. Esto se debe a la bonanza que se produjo por la liberación de los mercados económicos. Hasta este momento el pano- rama es muy parecido al actual: casas comerciales que ofrecen sus productos a grandes aglomeraciones de compradores y paseantes que transitan por la céntrica calle. Sin embargo, en 1982 se produce la peor crisis económica en Chile (desde la crisis del 29) y esto llevó a que El Paseo se transformara en una pasarela (Lihn le llama el pabellón) que exhibió el quiebre del modelo económico y también el Gran Teatro de la crueldad nacional y popular don- de se practican todos los oficios de supervivencia (Lihn 76). La heterotopía, es decir, el espacio diferente, esos otros lugares que para Foucault son impugnaciones míticas y reales del espacio en el que vi- vimos, es decir, son contra-espacios, lugares reales fuera de todo lugar, di- cho de otro modo: “vivimos en un espacio cuadriculado, recortado, abiga- rrado, con zonas claras y zonas de sombra, diferencias de nivel, escalones, huecos, relieves, regiones duras y otras desmenuzables […] est n las regiones de paso; las calles, los trenes, el metro (3). El Paseo Ahumada es un lugar que existe y que, por lo tanto, tiene una localización geogr fica definida como una heterotopía de paso y tr n- sito: “En Huérfanos entre Ahumada y Estado las papas de la mendicidad se est n quemando dulcemente” (15). Como señala Foucault este es el espa- cio exterior. El lugar en que viven y respiran todas las clases sociales del pa- seo y adem s sitúa a la sociedad chilena en donde todos/as pertenecen al es- pacio. Hay una unión de estratos sociales en la calle: la élite que va al Club de la Unión y los mendigos de Ahumada como se puede observar en el poe- ma “Bidart, el hotel de los carbonizados” en donde confluyen dos mundos: la clase dominante y la clase indigente y/o dominada que habitan en hete- rotopías distintas. El hotel viejo y demacrado es el monumento de la mise- ria, pero también una heterotopía de la memoria que no puede ser destrui- da:

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=