Optimización del riego en paltos y cítricos

Uno de los principales problemas de los sistemas de riego tecnificado es la obturación de emisores. Este problema afecta la cantidad de agua que se entrega a las plantas, disminuye la uniformidad del riego, aumenta el gasto de energía y puede disminuir los rendimientos y la calidad de la producción. Por lo general, se trata de obturaciones físicas, principalmente precipitados de carbonato de calcio y sedimentación de partículas muy finas que logran atravesar por los filtros. Por esto, es muy importante conocer la calidad del agua de riego, la cantidad de sólidos en suspensión, la cantidad de calcio presente y contar con una adecuada selección de los elementos de filtrado. Sin embrago, a pesar de contar con todo lo anterior, es casi imposible evitar que se depositen partículas en los emisores, por lo que se deben realizar lavados periódicos de la red de tuberías. Lavado de la red de riego Las partículas finas que logran atravesar por los filtros tienden a depositarse y tapar los emisores. Mientras la velocidad del agua en las tuberías sea la adecuada y exista turbulencia (1,2 a 1,5 m/s), estas partículas permanecerán suspendidas. De modo contrario, si la presión es baja y la velocidad del agua es lenta (menos de 1 m/s), estas partículas sedimentarán, agrupándose y formando agregados de mayor tamaño, provocando la obturación de los emisores. Por esto es recomendable realizar evaluaciones de turbiedad y sedimentos presentes en la red de tuberías y con esta información programar lavados periódicos al sistema de riego (Ferreyra y Sellés, 2013). Lavado bajo presión. Se deben programar lavados de alta presión (de 2 a 3 bares) a las tuberías principales (matriz, auxiliares y submatrices). Para esto se utiliza la misma capacidad de la bomba manteniendo cerradas las válvulas de todos los sectores de riego. Se debe comenzar por el cabezal (filtros) y luego la matriz, abriendo la válvula de bola instalada en su extremo. Una vez limpia la matriz, se procede con las auxiliares y luego las submatrices. Finalmente, se abren las laterales (descole) en grupos de 4 para mantener una presión adecuada, dejando fluir el agua durante unos minutos. Al terminar la limpieza de cada tubería, se debe abrir parcialmente la válvula de la siguiente, antes de cerrar completamente la válvula de la tubería que se está limpiando, para evitar sobrepresión en el sistema. Esta operación es recomendable realizarla al menos una vez al mes. “Descole”, evaluación de turbiedad y sedimentos. Generalmente, en la parte final de las laterales es donde se depositará la mayor cantidad de sedimentos, por lo que es recomendable descolar periódicamente; esto significa abrir el final de las líneas de riego para liberar estos sedimentos. Diversos expertos recomiendan realizar esta operación cada dos semanas o una vez al mes. Sin embargo, en la práctica, se vuelve tedioso y costoso, ya que se necesita mano de obra que ejecute esta labor. El descole es recomendable realizarlo, estrictamente, al menos 4 veces en la temporada de riego; simultáneamente se debe evaluar la turbiedad y la carga de sedimentos que sale por las laterales. Para esto se recomienda seleccionar una muestra representativa de líneas de riego de cada sector (mínimo 4) y recolectar el primer chorro de agua que sale al momento del descole en un recipiente graduado transparente. Luego, clasificar el agua colectada en alto, medio o bajo nivel de turbiedad; esperar hasta que decanten los sedimentos y clasificar la muestra de la misma manera. Además, si el recipiente graduado lo permite, medir los

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=