Caricaturas de ayer y hoy

-,. mana] que hacia en Ercilla era una forma de estimular el ego. Prefiero el dibujo que sirva a algún fin detenninado. Con La Firme nos hemos conectado con el mundo. Si tomamos un tema campesino vamos a la zona, conver samos en el terreno, nos familianzamos con personas, modos de vida, lenguaje, gestos, hu– mor. La cosa resulta más auténtica. Es hacia ese camino donde "ª la caricatura. Ya no se puede hacer humor por el humor. E 1 / Papá de Artemio Un tercer integrante del equipo de La Fir– me es Jorge \'ivanco (Pepe Huinca 1. El auhr de Artem10. Su personaje: es el bpico cmple.1 do de oficina, sujeto a la opresión de las leyes del trabajo rutinario, a la burocracia, a la~ órdenes del jefe, a la tiranía del reloj, pero dotado de una inmensa tcn~ura. Con Artemio, Pepe HuincJ logro c,ear un personajt chileno de ,eras. Y el lo depe saber, pero es mu~ modesto. Bajo, ojos claros, voz reposada: -Desde nifio dibujaba con Alberto. Fabri– cábamos historietas imaginarias, jamás publica– das. En 1963 nació Artcmio.- Yo era contador, , mi patrón en la oficina era don Eliecer Ri,era. Artemio era un hpo chambón. Lo que siguió despues en La Chil'a y La Firme sirvio para ejercitanne en el oficio. Aquí la cosa fue más definitiva. De repente me olvido de Artemio, } llega 'la hora de entrega en el diario, y Artemio del día no ha nacido, , Artemio de ese día siguiente simplemente no nace. No sale publicado. Pero me desquité ahora que publiqué un libro completito con sus aventuras. Es un personaje regalón. Con su chasca que le tapa medio rostro (¿ha pensado alguna ,·ez si :\rtemio tiene ojos?), la camisa arremangada ) la nariz muy redonda, Artemio es el típico empleado de oficina pública, sacador de rnelta, donnilón, c.hin:ro ~ mu) imaginatirn. Una especie de Lorenzo despistado (Lorenzo y PcpitaJ, cuan– do ')C enfrenta al jefe. Pero Artemio no tiene una Pepita fija. ni hijos, ni familia. Ni se lu('(. <.n ,11s conquistas como Pepe Antártico. Cuan– do Jn\'Íla a alguna amiga a comer afuera. prefie:re tomarle el pelo al mozo antes que: hacerle arrumacos a la 111tia. ("Oiga, por fa,or, mándemc al mozo", dice... '·Aquí tiene: la carta, setior", contesta el mozo. ''¡Oig-J -responde Artcmio-, le dije que me manda ra al mozo, } no al cartero!. .... ) Siempre se enreda con las cosas más sim– ples. Y se pone torpe. Un día lo vemos apare– cer atiborrado de tazas. En las mano~. la cabeza ~ en los pies, y frente a la ventaniltt de la caja 2. Fn el hucc:o sohre~ak un hom 93

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