Caricaturas de ayer y hoy

"-Lo que tú necesitas es la libertad. Agarra este fusil, ándate a :\faipú ~ ag,írrate a tiros contra los opresores y tiranos. "Verdejo creyó, tomó la carabina y pum, pum, tiro "ª y tiro ,·icnc, derrotó a las tropas de Osorio y fclizcote se vino a Santiago a \'er a los papis. Apenas los ,·io les dijo: ··-Papis, papis, ya conquisté la libertad... "-:\facanudo, hijo. Ahora suelta la escopeta, agarra este arado y ,ponte a trabajar nuestros fundos. Apenas termine la cosecha, no sólo volverás a ser libre, sino también feliz. "Trabajando de sol a sol, nuestro héroe de i\faipú se puso a cuidar los ricos fundos que los papis les quitaron a los españoles, que -procercs justos y patriotas- en sus sillones de gobierno dijeron un día: ··-Lcondecorcmos a Verdejo!. .. "-tlueno, pero dcspuc'.-s de la cosecha. . . "Y dicho ,· hecho. Cuando estuvieron re- colectados el ·trigo y la cebada, ~- los papis se echaron al bolsillo el trabajo de Verdejo, éste, \'estido de héroe, recibió una linda medalla de oro. ··-Guarda-la -le dijeron- en recuerdo cid día de la independencia. "Pero Verdejo, que tenía que comer pan hecho con trigo que les había sembrado y recolectado a los patriotas del orden, tu\'O que ,·endcr su medalla para comer ese invierno. Entonces los papis le dijeron: 40 "-¡Eres un antipatriota! ··y comenzó la dictadura del orden desde entonces hasta 1879. En esa fecha estalló la guerra, y con tal motivo los papis llamaron otra vez a \'crdejo y le dijeron: "-¡Corre a defender la patria! "Y Verdejo fue. Se hizo héroe, asombró al mundo con sus proezas. "Los hombres del orden k di jeron: "-Ahora tienes que ir a trabajar como peón de las pampas 'Jue conquistaste como héroe. "Y allá salió \ erdejo. De sol a sol trabajaba en las canchas salitreras, sacando las nqueza~ que los patriotas del Gobierno se iban a gastar al extranjero. _"Un día \ erdejo vio llenarse la pampa de gnngos. "-Hágale un parao -dijo el héroe-. Este salitre me lo gané yo a punta de pana. "Fue la rosca, los patriotas de Santiago se indignaron, ,. mandaron tropas. Verdejo ya no era héroe: era un disolvente de San Gre– gorio, balas, sangre. cárceles. Se habían salvado el orden y la integridad de los papis y siguió galopando el tiempo. Pero de repente la His– toria dio un corcovo. Verdejo las fue parando que el heroe había sido él, que el salitre lo conquistó él, ) que mientras le daban medalli– tas, la riqueza era para los acaparadores de tradiciones. "Y se cabno.

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