Kinesiología y discapacidad, perspectiva para una práctica basada en derechos

85 mundial lo constituye la falta de actividad física, llevó a que Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptara, en mayo de 2004, la "Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud". En este documento, se definió la actividad física como “ cualquier movimiento corporal producido por los sistemas músculos esqueléticos que exija gasto de energía ” abarcan- do el ejercicio, pero también otras actividades en las que se realiza movimiento corporal como la recreación, actividades laborales, formas de transporte y las tareas domésticas. Los objetivos mundiales de esta estrategia proponen aumentar los niveles de actividad física en la población, planteándose como una necesidad social y no solo individual, por lo tanto, exige una perspectiva poblacional, multisectorial, multidisciplinaria, y culturalmente idónea (OMS, 2004). Bajo este acuerdo, los Estados miembros de Naciones Unidas deben promover la realización de actividad física en toda la población. Es en este precepto en el que es necesario tener claro que, para cumplir con dicha recomendación, resulta fundamental garantizar que todas las personas puedan realizar actividad física y obtener sus beneficios, independiente de la condición de salud y del nivel de funcionalidad que presenten. En este punto es necesario precisar otro concepto, el de actividad física adaptada (AFA), entendida como “todo movimiento, actividad física y deporte en los que se pone especial énfasis en los intereses y capacidades de las personas con condiciones limitantes, como discapacidad, problemas de salud o personas mayores” (DePauw, 1989). La AFA, por lo tanto, es un término vinculado a la promoción de estilos de vida activos y saludables con el fin de minimizar los problemas de salud que interfieren con el desarrollo personal del ser humano. Según el vademécum del Comité Internacional de la Educación Física y las Ciencias del Deporte de la ONU, la AFA es un área de conocimiento específico dentro del directorio de las Cien- cias del Deporte (ICSSPE, 2002). Desde este punto de vista, y según lo planteado por Hutzler (2008), se la define como “un conjunto de conocimientos que engloba las actividades físicas realizadas por personas con discapacidad, los sistemas de pres- tación de servicios desarrollados para garantizar la participación de dichas personas, una especialización profesional que atrae a profesionales de disciplinas pedagógicas y académicas y un campo de estudio académico y de investigación”. Se debe tener en consideración que no está solamente limitada a la educación física y el deporte de competición, sino que también considera la recreación, danza, nutrición, medicina y rehabilitación. Por lo tanto, es posible afirmar que la AFA se expresa en cuatro dimensiones: competitiva, recreativa, terapéutica y educativa y que, además, proporciona servicios y un campo académico de estudio que se basa en una actitud de aceptación de las diferencias individuales, la defensa del acceso a un estilo de vida activo y al deporte, promocionando la innovación y cooperación para ofertar programas y sistemas de autosuperación (Hutzler, 2007). Como indica Vallbona (2003), los beneficios de la actividad física en las personas con discapacidad son aún más relevantes, ya que gran parte de la independencia funcional que pueden alcanzar dependerá de su estado físico. El Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) se ha pronunciado al respecto, indicando en sus recomendaciones los beneficios de la actividad física regular para las personas con discapacidad: mejor salud cardiovascular y por ende condición física, mejor salud mental y desarrollo de habilidades para la vida diaria (ACSM, 2008), por mencionar solo algunos. Actualmente existe evidencia clara y concreta de los beneficios de la promoción de AFA en personas con discapacidad, por lo que se avanza en planes y programas sobre promoción, disfrute y derecho de las personas con discapacidad a la actividad física, el deporte y la recreación. Deporte Adaptado. El deporte adaptado se ha definido como todas aquellas mo- dalidades deportivas que se adaptan al colectivo de personas con algún tipo de discapacidad, bien porque se han realizado una serie de adaptaciones y/o modificaciones para facilitar la práctica de ese colectivo, o porque la propia estructura del deporte permite su práctica (Pérez, 2012). Los beneficios del deporte adaptado en personas con discapacidad son múltiples y ampliamente reconocidos y se han definido los efectos especí- ficos según el tipo de discapacidad; en la discapacidad motora, los beneficios adquiridos por la práctica deportiva generan una readaptación física y psicológica logrando un mayor reintegro social y transformando el proceso de rehabilitación en una práctica agradable, menos monótona e incorporada dentro de las rutinas diarias de las personas, por lo que favorece la adherencia a la rehabilitación. Para las personas con discapacidad psíquica, se vuelve un medio para relacionarse con los otros y con la so- ciedad y en el caso de personas con discapacidades sensoriales, constituye una forma de percibir mejor su entorno ya que les permite obtener mayor variabilidad de información, además de captar y dominar el ambiente en el que se desenvuelven. Todo esto se suma a los beneficios que trae la práctica de deportes en los sistemas cardiorrespiratorio y musculoesquelético descritos para todos los deportistas y, por supuesto, al desarrollo del ser, como el disfrute del tiempo libre y de ocio, la socialización, la sensibilización de la población y el favorecimiento a la inclusión de las personas con discapacidad (Arráez, 2011). El deporte adaptado, como se mencionó anteriormente, se en- cuentra dentro de las AFA y se refiere a aquellas modalidades deportivas que se adapta al grupo de personas con discapacidad, ya sea porque se realizan modificaciones para facilitar la práctica de este grupo o porque la propia estructura del deporte permite su práctica (Hernández, 2000; Pérez, 2003; Reina, 2010). Es así como algunos deportes han adaptado sus características y normativas para ajustarse al grupo que lo practica, como es el caso del tenis adaptado o del básquetbol en silla de ruedas; en otros casos se diseñan deportes nuevos a partir de las caracte- rísticas, necesidades y especificidades de la discapacidad, como es el caso de goalball para personas con discapacidad visual o boccia para personas con secuela de parálisis cerebral o disca- pacidad severa (Pérez, 2012). Las adaptaciones que generan los distintos deportes suelen desarrollarse en relación con la reglamentación de este, los implementos y materiales que se utilizan para poder ejecutarlos, las adaptaciones técnicas, las

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