Kinesiología y discapacidad, perspectiva para una práctica basada en derechos

34 mirada biomédica a una biopsicosocial, con la persona como sujeto autónomo y protagonista de su proceso de rehabilitación. Sin embargo, este enfoque se ha observado principalmente desde una perspectiva teórica, plasmada en los fundamentos o lineamientos de diversas propuestas o programas, sin lograr aún que se refleje cabalmente en las prácticas cotidianas de muchos de los equipos de rehabilitación que continúan trabajando bajo un modelo centrado en las deficiencias y diagnósticos médicos. En este capítulo se dará a conocer el sistema actual de rehabili- tación en la red asistencial, con foco en la atención ambulatoria, dando relevancia a aquellos programas o instituciones que han puesto en marcha la estrategia de RBC. Además, se explicará brevemente la forma de articulación con los niveles de atención secundario y/o terciario cuando corresponda. Para facilitar la lectura, se ha organizado el texto, utilizando como criterio de clasificación el origen del organismo que presta los servicios, independientemente de la procedencia de los recursos utilizados para su funcionamiento, de esta forma, las diversas entidades descritas se agruparán en: 1. Rehabilitación en el Sistema Público de Salud. 2. Rehabilitación en el Sistema Privado de Salud. 3. Rehabilitación en el Sistema de Salud de Fuerzas Armadas y Mutualidades. Rehabilitación en Chile: coexistencia de sistemas de salud público y privado. El sistema de salud mixto que existe en nuestro país pretende responder a las necesidades de la población. Sin embargo, exis- ten diferencias importantes en el acceso a ciertas prestaciones al comparar ambos sistemas y, por lo tanto, se observan aún marcadas inequidades. En el ámbito de la rehabilitación, las opciones de acceso se han incrementado en las últimas décadas, pero las acciones aún son insuficientes para lograr cobertura hacia todas las Personas en Situación de Discapacidad (PeSD). Sumado a esto, es importante recalcar que en Chile el paradig- ma biomédico y asistencialista está muy arraigado, no solo en los profesionales de salud, sino que también en la población general, quienes muchas veces valoran más los recursos en salud invertidos en altas tecnologías y especialidades, desestimando el gran aporte de las acciones de promoción, prevención y RBC. En el caso de las PeSD, no solo debemos considerarlos como sujetos de derechos sino que también como sujetos de “deberes”, requisito fundamental para la igualdad de oportu- nidades y la plena inclusión en todos los ámbitos de la vida, considerando las responsabilidades inherentes que ello implica. Es por esto que la tarea es ardua y el enfoque biopsicosocial debe reflejarse en las acciones concretas que los profesionales de la salud realizan cotidianamente, esto se traduce en entregar protagonismo a las personas, familias y comunidades, impul- sándoles a ser agentes de cambio, potenciando la participación, el diálogo, la co-construcción en el proceso de rehabilitación, cuyo objetivo final debe ser siempre el logro de la inclusión social, comenzando desde el núcleo básico de la familia, desde donde debe evitarse la sobreprotección y potenciar la partici- pación activa, la autonomía e independencia, para avanzar no solo a la inclusión educativa y laboral, sino que considerando todas las áreas de la vida, entre ellas el deporte, ocio, tiempo libre, cultura, artes, etc. La inclusión social es una tarea pendiente y muy necesaria. En Chile, según el II Estudio Nacional de Discapacidad (ENDISC II), el porcentaje de PeSD llega a un 16,7% (Servicio Nacional de la Discapacidad, 2016). Sin embargo, si se observa la vida social, recreativa y cultural en nuestro país, es evidente que no existe un 16,7% de PeSD participando; cada vez que alguien se reúne con amigos, realiza deportes, va al cine, a un centro comercial o a un concierto, no observa a este porcentaje de PeSD en esos lugares, ¿por qué? Claramente las barreras am- bientales son amplias y dentro de ellas no solamente están las de infraestructura, sino que también las actitudinales, los servicios, las políticas públicas, entre otras. Complementando el enfoque descrito, es esencial, al participar en procesos de rehabilitación, realizar un trabajo en red y articulado, comprendiendo que los problemas de salud no se resuelven exclusivamente desde el sector salud y más aún cuando trabajamos con PeSD, quienes tienen múltiples necesidades, ya que en nuestro contexto es evidente que aún son importantes las barreras del entorno que impiden finalmente la plena inclusión social y que, por lo tanto, siguen generando incremento de las situaciones de discapacidad y de condiciones de segregación y/o exclusión. El trabajo articulado, entonces, debe incorporar todas las áreas de desempeño del ser humano, las que se reflejan plenamente en el enfoque de determinantes sociales de la salud, pero además existen otros enfoques que debemos tener interiorizados en los procesos de rehabilitación, estos son: el enfoque de curso de vida, el enfoque de equidad en salud y el enfoque de derechos ciudadanos y protección social. En la figura 1, se observa que la atención centrada en la persona debe considerar todas estas aristas y debe ser el foco para toda atención en salud.

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