Los territorios que habita(re)mos: ¿Qué futuro existe para las zonas de sacrificio?

LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL SACRIFICIO: VENTANAS, CORONEL Y TIL-TIL El “complejo industrial” de Ventanas es consecuencia del modelo de desarrollo de los años ‘70, el cual promovía la creación de “polos de desarrollo”. Con esa intención se construyeron en ese lugar la fundición de cobre (1964) y la refinería (1966) de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI). Una característica importante de ese modelo era su sensi- bilidad social. La razón de ser de la ENAMI y la justificación de esas instalaciones era sostener a los pequeños y medianos productores de cobre, quienes no podían exportar sus minerales ni venderlos a nadie más que al Estado. Irónicamente, la decisión de localización consideró los factores geográficos y atmosféricos que incidían sobre la contami- nación por dióxido de azufre, que era un problema bien conocido en el mundo y en Chile. Los responsables pensaron que las condiciones at- mosféricas de Ventanas eran propicias para evitar este problema. Junto con eso, algunos actores regionales se movilizaron para que la fundición se instalara allí y no en Los Vilos o Guayacán, que eran las otras cartas en competencia. La planta termoeléctrica de Ventanas fue construida por la Compañía Eléctrica Chilena (CHILECTRA), de propiedad norteamericana, que ope- raba desde 1921, la cual, después de una larga controversia, fue prác- ticamente obligada por el Estado chileno a aumentar su capacidad de generación mediante la construcción de dos plantas termoeléctricas a carbón: Renca (1962) y Ventanas (1964). La premisa del modelo ener- gético de entonces era que una mayor capacidad de generación redun- daría en tarifas eléctricas más bajas; que éstas propiciarían un mayor consumo y esto impulsaría el “progreso económico”. Pocos años des- pués, CHILECTRA pasó al control estatal y se decidió construir una se- gunda unidad, aún más grande que la anterior, en el mismo lugar (Ven- tanas II), aprovechando las instalaciones existentes. Estas industrias venían a sumarse otra inversión estatal: el terminal marítimo de ENAP en Quintero, en operaciones desde 1955, el cual abastecía la refinería de petróleo de Concón. La construcción de esta refinería se explica por otro componente de ese mismo modelo de desarrollo: el nacionalismo. Origi- nalmente, todos los derivados del petróleo vendidos en Chile estuvieron controlados por dos empresas transnacionales: Esso y Shell. El sueño MAURICIO FOLCHI ZONAS DE SACRIFICIO: DISTINTO ORIGEN, MISMO DESTINO .31. Académico del Departamento de Ciencias Históricas y Director del Núcleo Interdisciplinario en Estudios Socioambientales (NIES) de la Universidad de Chile.

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