El Plan Regulador Intercomunal de Concepción - Chile, 1963-1980 y sus tempranas medidas de sustentabilidad territorial y urbana. Volumen II

22 Santiago», absorbiendo a las restantes comunas, lo cual se consideraba, de todas formas, difícil de obtene r 10 . Esta observación da cuenta de que aun cuando se había reconocido los escalones territoriales de la planificación desde 1953, cuatro años después aún no operaba plenamente el concepto intercomunal. Serán los proyectos de planificación del período 1960-1965 los que finalmente lo impondrán. La realización de las obras de urbanismo y servicios públicos que el Gran Santiago necesitaba requerían de la adopción de medidas específicas de orden financiero, legal y administrativo, sin las cuales todo proyecto de planeamiento urbano estaría condenado al fracaso. Se consideraba también necesario divulgar los problemas básicos y sus posibles soluciones por los organismos responsables, y «motivar y hacer posible la participación activa de la población del Gran Santiago» (U NIVERSIDAD DE C HILE , 1957: 49). Los participantes en la primera etapa del Seminario del Gran Santiago recomendaron un abordaje integral por equipos de especialistas concurriendo desde sus diversas técnicas, con amplio espíritu y superando los límites de sus propias especialidades; también, la creación de organismos de investigación del planteamiento territorial y regional dando lugar a estudios que sirvieran de base a los proyectos de planificación intercomunal y comunal. Se sugirió crear un centro para graduados universitarios al servicio de la investigación y enseñanza en materias específicas de planeamiento; de igual forma, era imperativo contar con un organismo, ministerio o corporación, que realizara el planeamiento territorial en todas sus fases. Sería difícil aplicar los planes sin contar con una ley de expropiaciones, y con un «gobierno metropolitano». Este último se venía proponiendo desde la época del asesor austríaco Karl Brunner, quien pedía en los años 1930 s la figura de un «Alcalde Mayor». Pero, por otra parte, junto con la centralización y coordinación que suponía el gobierno metropolitano, se sugería una mayor subdivisión administrativa con el fin de «acercar a los ciudadanos a la dirección de los asuntos locales y asegurar un tratamiento técnico de la ciudad mucho más acertado» (U RBINA , 1957: 46). Se pensaba que debería elaborarse un programa de descentralización económica y administrativa desde el nivel nacional. También sería necesario crear centros de distribución de abastecimiento, emplazados en función de las áreas de producción, de la vialidad regional y de la población consumidora. En materia de circulación un futuro proyecto para el Gran Santiago tendría que considerar tres relaciones fundamentales de tránsito: la ciudad con la región y el país, el centro comercial y administrativo con el resto de la ciudad, y las comunas periféricas entre sí. Muñoz-Maluschka ya había indicado un camino para el cambio de la movilidad de los habitantes del Gran Santiago con su proposición de un corredor de circunvalación de tres anillos en 1936, pero en los años 1950 s , la circunvalación mayor, tenía sólo un corto tramo construido en Las Condes (antigua comuna, hoy Vitacura y Las Condes). Sin embargo, se había reservado los terrenos necesarios para ella en varios sectores y se esperaba poder continuar esta labor (U NIVERSIDAD DE C HILE , 1957:32). Se insistió en la época en la necesidad de contar con un sistema jerarquizado de vías de acuerdo con el destino funcional: vías de alta velocidad; calles y avenidas de mediana velocidad (distribuidoras), y calles vecinales de velocidades mínimas. Esta jerarquía también había sido indicada por Brunner en 1932, para su aplicación en un proyecto futuro que debía referirse al Gran Santiago, y no sólo a su comuna central.

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