Silvicultura en bosques nativos: experiencias en silvicultura y restauración en Chile, Argentina y el oeste de Estados Unidos

216 — Silvicultura en bosques nativos diversos talleres y seminarios, y se ha constitui- do recientemente la Red Chilena de Restauración Ecológica (Bannister et al. 2013a, Echeverría et al. 2015). En este contexto, la restauración de ecosiste- mas forestales debe ser entendida como un para- digma que incluye un amplio rango de estrategias tales como la restauración ecológica, rehabilitación, reconstrucción, reemplazo y conversión (Bannister et al. 2016). El tipo de estrategia a utilizar va a depen- der del punto inicial donde se encuentra el ecosiste- ma y el punto final al que se pretender llegar, lo que estará definido por los objetivos de quien planea hacer la restauración (Bannister et al. 2016). La silvicultura está íntimamente relacionada con la restauración de bosques, ya que al igual que ésta, trata de manipular la composición, estructura o el crecimiento de éstos para direccionar el ecosistema hacia un estado objetivo determinado (Bauhus et al. 2009). Como eje central del manejo forestal, la sil- vicultura cumple un rol fundamental en la restau- ración de ecosistemas forestales, constituyéndose como una herramienta de restauración de vital im- portancia, desde lo más básico como es la aplicación de técnicas eficientes de plantación, hasta aplicacio- nes más complejas como la restauración de bosques degradados o la conversión de plantaciones foresta- les (O’Hara 2001, Bannister et al. 2016). Así, conside- rando elementos tanto de la silvicultura como de la restauración ecológica, surge una nueva disciplina, la “silvicultura para la restauración” (Guldin 2008). La silvicultura para la restauración está llama- da a tener un rol protagónico en el desarrollo fores- tal en Chile, en vista del contexto nacional de los profundos procesos de desforestación y cambio de uso del suelo desde último siglo. Como parte del proceso de colonización a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, y potenciado por la cons- trucción del ferrocarril hacia el sur del país (Otero 2006), miles de hectáreas de bosques nativos fue- ron despejadas y convertidas en productivos cam- pos ganaderos, gracias a los profundos suelos en que se ubicaban. Actualmente, parte importante de los últimos remanentes de bosque adulto templado lluvioso en estado inalterado del sur de Sudamérica se encuentran localizados en zonas de difícil acce- so a lo largo de la costa del sur de Chile, especial- mente en la zona insular patagónica (Gutiérrez et al. 2009). En la Isla Grande de Chiloé, el 74% de la su- perficie (±600.000 ha) está cubierta de estos bosques, ya sean siempreverdes o dominados por coníferas longevas como Pilgerodendron uviferum (D. Don) Florin (ciprés de las Guaitecas) o Fitzroya cupres- soides (Molina) I. M. Johnst. (alerce) (CONAF 2011). Lamentablemente, estos ecosistemas sufren de gra- ves problemas de fragmentación y degradación, los que avanzan gradualmente hacia el sur alcanzando en las últimas décadas gran parte del archipiélago (Echeverria et al. 2008). Históricamente, el cambio en el uso del suelo a campos agrícolas y zonas urba- nas ha sido el factor causante del evidente retroce- so en el área cubierta de bosques en Chiloé (Otero 2006). Por otro lado, la degradación y fragmentación de los bosques remanentes se debe principalmente a la creciente extracción de leña y otros productos forestales. Una muestra de la importancia del sec- tor forestal en los archipiélagos y la presión a la cual son sometidos sus bosques nativos es que sola- mente en Chiloé existe un consumo de leña de casi 1.000.000 m 3 al año (Universidad de los Lagos 2014), lo que genera un mercado de leña con una magni- tud de ventas que supera los 4,2 millones de USD/ año (Neira y Bertín 2009), y con ciudades del tama- ño de Castro (±40.000 habitantes) que consumen aproximadamente 130.000 m 3 de leña al año (Neira y Bertín 2009, Instituto Nacional de Estadísticas 2012). Lamentablemente, gran parte de esta extracción es ilegal sin planes de manejo. En este contexto, en la actualidad en la zona insular chilena se está vivien- do el mismo proceso de destrucción de bosques y cambio de uso del suelo que hace 100 o 150 años se dio más al norte, en el continente. Sin embargo en la zona austral desde Chiloé al sur, los suelos son significativamente más delgados y pobres en nu- trientes, y sufren frecuentemente de anegamiento en la temporada invernal, por lo que el resultado de la desforestación, fragmentación y degradación de

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