Producción y comercialización de hortalizas en la Región de Aysén

Serie Ciencias Agronómicas N°31, 2019. 48 CAPÍTULO 4. PRODUCCIÓN DE HORTALIZAS PROTEGIDAS Ricardo Pertuzé C. Mecanismos de protección de hortalizas Las hortalizas son producidas bajo diversas condiciones climáticas. Muchas de ellas toleran condiciones adversas de producción, sin embargo, en muchos casos se requiere de protegerlas para evitar que el frío o la lluvia afecten su calidad. Por otra parte, también se protegen cuando simplemente se quiere dar mejores condiciones de crecimiento al cultivo para permitir una cosecha temprana o tardía en la temporada, logrando obtener mayores precios de venta. Se puede recurrir a diversos mecanismos de protección para las hortalizas, que van desde la utilización cubiertas de suelo o mulch, mantos térmicos o mantos antiheladas, microtúneles e invernaderos de diversas formas y características. También es posible dar condiciones de protección a las hortalizas mediante la producción de plantines, de forma de adelantar el crecimiento de las plantas bajo un sistema de mayor cuidado. Mulch La cobertura de suelo consiste en tapar el suelo donde se cultivarán las hortalizas con un plástico u otro material, como la paja, dejando solo espacio para colocar y permitir el crecimiento de la hortaliza. De esta forma se puede evitar, en cierta medida, la evaporación de agua desde el suelo, reducir el crecimiento de malezas que compiten con el cultivo y además podría jugar un rol como regulador de la temperatura del suelo. Los materiales más utilizados como cobertura (tipo mulch) son plásticos de distintos colores, los que cumplen distintas funciones según sea el caso. En este sentido, tal como se puede ver en el Cuadro 20, se describen los colores de los mulch plásticos, que van desde plástico transparente, que permitiría la mejor acumulación de temperatura en el suelo, pero también el crecimiento de malezas por el paso de luz y, en el caso de usarse en pleno verano, podría causar el quemado del cultivo por la excesiva acumulación de calor en el suelo; hasta el plástico negro, que si bien es capaz de calentarse mucho, solo traspasa ese calor al suelo por contacto, y como no permite el paso de los rayos del sol al suelo, este no se calienta por efecto directo de los rayos del sol y permanece con menores temperaturas. Por su parte, la falta de luz tampoco permite el crecimiento de malezas. Colores intermedios, como el naranja o gris humo, pueden calentar el suelo y ejercer control de malezas en cierto nivel que puede ser adecuado para el cultivo. Por esta razón se recomienda para su uso en invierno (Cuadro 21).

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