Experiencias en América Latina: el desafío de evaluar programas de seguridad ciudadana

34 la Organización de las Naciones Unidas 4 , Brasil registraba una de las tasas más altas de homicidios cometidos por armas de fuego en el mundo: 88%. En respuesta a esa situación, un grupo de estudiantes de la Universidad de São Paulo, en asociación con otros grupos de la sociedad civil, decidió realizar una campaña que estimulara a las personas a desarmarse – entregando sus armas, o en un sentido más metafórico, desarmando sus espíritus, o sea, repensando las maneras de resolver conflictos y lidiar con el problema de la violencia. La Campaña se dividió en dos frentes: la concientización de la población, con una campaña de medios de comunicación de alcance nacional, conferencias y debates; y al mismo tiempo la realización de una campaña de desarme voluntario, la primera del país. En pocos meses fueron entregadas más de 3.700 armas en la ciudad de São Paulo. Estas armas fueron, por primera vez en la historia de Brasil, destruidas públicamente. A causa de la Campaña y de la difusión que ésta tuvo, el Congreso Nacional comenzó a proponer medidas concretas de restricción al uso de armas de fuego en el país. Motivados por el alcance de la campaña y partidarios de la tesis de que el modelo de seguridad pública que venía siendo propuesto por diversos gobernantes y legisladores precisaba ser superado, el grupo de creadores de la campaña Sou da Paz por El Desarmamiento decidió crear una organización que se dedicaría a proponer e implementar estrategias innovadoras de prevención de la violencia. Entendiendo que ese es un fenómeno complejo, que no existen soluciones únicas, ni recetas listas para enfrentar la violencia, la idea era experimentar algunas hipótesis, por medio de la ejecución de intervenciones en las localidades donde la violencia letal se concentraba y en conjunto con los ciudadanos más afectados por ella. Así, en enero de 1999 fue fundado el Instituto Sou da Paz, jurídicamente constituido como una organización de la sociedad civil con la misión de contribuir en la implementación en Brasil de políticas públicas de seguridad y prevención de la violencia eficaces y acordes a los valores de la democracia, la justicia social y los derechos humanos. Para tal propósito, Sou da Paz trabajaría movilizando la sociedad, y participando del debate público sobre el tema e implementando proyectos. El primer foco de intervención del recién creado Instituto Sou da Paz fueron los jóvenes habitantes de comunidades de la ciudad de São Paulo que presentaban altos índices de asesinatos 5 . Eran proyectos esencialmente de prevención primaria, que buscaban ampliar el repertorio de los adolescentes y jóvenes para que desarrollaran otras maneras de resolver los conflictos y conquistar sus derechos: por la movilización, por el diálogo y por el asociativismo. Gradualmente, Sou da Paz fue ampliando su espectro de actuación y pasó a desarrollar proyectos conjuntamente con las policías, las alcaldías, iniciativas de perfeccionamiento del sistema de justicia criminal y de promoción de la cultura de paz. Hoy, en cada una de esas 4 ElestudioUnitedNations InternationalStudyonFirearmRegulationfuecoordinado por laDivisióndePrevencióndelCrímenyJusticiaCriminalconsedeenViena,Austria. 5 Losprimerosproyectosdel InstitutoSoudaPazfueronejecutadoseneldistrito de Jardim Ângela, donde la tasa de homicidios en 1999 era de 116 por 100 mil habitantes, según la Fundación SEADE. áreas temáticas, Sou da Paz adopta diversas estrategias de trabajo, que incluyen la participación en el debate público, la asesoría a gobiernos y el desarrollo de proyectos que puedan ser incorporados como políticas públicas. En los últimos doce años, ocurrieron diversos avances en Brasil hacia la incorporación de un modelo de seguridad pública que combina acciones preventivas desarrolladas a partir de las especificidades de cada localidad, con acciones de represión calificada. Como ejemplos, vale mencionar las inversiones de las policías en programas de aproximación a la comunidad 6 y también en herramientas de recolección y análisis de datos para profundizar el mapeo de las dinámicas criminales; el desarrollo y la implementación, por diversas alcaldías, de diagnósticos y políticas municipales de prevención de la violencia (entre las cuales Diadema es uno de los casos más emblemáticos), y la reciente creación por el gobierno federal, del Pronasci, el Programa Nacional de Seguridad con Ciudadanía, que articula políticas de seguridad con acciones preventivas y proporciona inversiones en las regiones con los más altos índices de homicidios. Sin embargo, a pesar de todos esos avances, aún hay poco conocimiento sobre las dinámicas de violencia, sobre lo que puede prevenirlas y cómo implementar acciones con ese foco. Las fuentes disponibles para caracterizar el escenario de la violencia son básicamente las estadísticas criminales. Faltan otros instrumentos de diagnóstico, como investigaciones sobre victimización e investigaciones cualitativas sobre los factores de riesgo que contribuyen para el involucramiento de determinados grupos con la violencia 7 . Además de eso, hay poco conocimiento acumulado sobre qué es de hecho una acción de prevención de la violencia y cuáles son sus alcances 8 . Es en relación a este último aspecto que Sou da Paz intenta traer contribuciones, y por lo tanto, es justamente por eso que la sistematización y la evaluación de sus iniciativas tienen un papel tan relevante para la institución y para el campo de la seguridad pública. Después de todo, son las herramientas más eficaces para propiciar reflexiones sobre las prácticas, para identificar cuáles son las deficiencias, los puntos fuertes, garantizar el registro de las metodologías y sus diseminaciones e identificar los cambios promovidos por los proyectos. Ellas generan beneficios en dos ámbitos: internamente, orientan la mejoría y el reajuste de las intervenciones y subvencionan la creación de otras metodologías; externamente, pueden orientar intervenciones ejecutadas por otras organizaciones de la sociedad civil o instituciones públicas. 6 En 1998, fueron identificadas experiencias policiales que podrían ser calificadas como comunitarias en 14 estados brasileños (Cerqueira, 1998). 7 Las investigaciones sobre victimización no son realizadas de forma sistemática ni uniforme. Entre 1988 y 2002 se realizaron nueve investigaciones de ese tipo en el país, cada una conducida por una institución diferente, con alcances, abordajes metodológicos y públicos distintos. Lamayoría de ellas se limitaron a Rio de Janeiro y São Paulo (Peres, 2004). 8 Aún es común que proyectos y políticas más amplias que promuevan el acceso a derechos sociales como salud, educación y asistencia social sean entendidos como proyectos de prevención de la violencia. Aunque tengan impacto en la violencia, iniciativas de prevención del delito tienen características que las diferencian de las políticas sociales más amplias. Sobre esta discusión, ver Soares (2003).

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