El público del teatro independiente

Todas trabajan en un circuito comercial; esto implica que para poder presenciar el espectáculo teatral, el pú bLico debe cancelar una entrada, la que es más cara que una entrada de cine, por ejemplo. En su mayoría, las salas son de reducida capacidad de público (hasta 200 butacas), y están ubicadas en el sec tor céntrico de Santiago. La forma más habitual cial es el avisaje en ches publicitarios. de conectarse con el-público poten .La prensa y la confección de afi- Tres de las compañías mencionadas han logrado records de público en algunas de sus obras, superando con creces la espectativa media (entre 7 y 1 ¡j mil personas) de un tea­ tro independiente. íctus, con "Pedro,Juan y Diego" (có- autoría de David Benavente) tuvo 67*936 espectadores en­ tre marzo de 19/6 y noviembre de 1977; Teatro Imagen, cerca de 60.000 con "Te llamabas Rosicler" (estreno: a- br.il de 1976 con sucesivas reposiciones) y Taller de In­ vestigación Teatral (TIT) cerca de SO mil con "Tres Ma­ rías y uiia Rosa" (co-autoría de David Benavente). Estas obran <-íin duda sobrepasaron el "público habitual de tea­ tro"/accediendo a nuevos sectores que se pueden haber sentido luego estimulados para asistir más asiduamente al teatro. Las compañías de menor continuidad en sus presentaciones y/o formadas por actores de menor trayectoria pública suelen tener problemas en este campo, no captando más que de dos a seis mil espectadores por obra. Aparte de interferir este hecho en la capacidad de intercambio cul tural de la obra, plantea a estas compañías grandes pro­ blemas de subsistencia económica. Estimulados tanto por un criterio ideológico-cultura1 como por uno económico, las compañías teatrales han hecho esfuerzos por conectarse más orgónicamente con pú_ blicos populares: pobladores, obrer0s, comunidades cris tianas y organizaciones de base en general. Para ello“

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