La Quinta Normal i sus establecimientos agronómicos y científicos : paseo de estudio

-6- sacar a luz tesoros ocultos, es decir, campiñas i establee! mientos de los cuales, las primeras están relegadas a lar– gas distancias i los segundos se mantienen cer~ados para los profanos, i unas i otros solo pueden conocerse por ' ' un raro acaso i mediante la complacencia de un guía que posea el secreto de esas cosas ocultas o el hilo del laberin– to de la Quinta. A nosotros se nos presentó esta ocasion, i la aprovechamos al instante. El distinguido director de las con1plojas faenas de esa Quinta, el señor Le-Feuvre, fué para nosotros ese guía. El 26 de febrero del .corriente año nos dirijimos en ca– rruaje por el interior de la Quinta hácia la Estacion de los Ferrocarriles del Estado, i, pasando por frente al Observa– torio Astronómico, salimos a la calle pública por la puerta de 1a Escuela de Agricultura, de que mas tarde nos ocu– paremos. Despues de haber recorrido un trayecto de 366 metros al poniente de esa calle llamada «Camino de los PaJaritos», entramos por la acera de la derecha a una campiña com– prada hace solo dos años para estension de la Quinta. Este terreno erial llamado «Chacra de la Merced», cons– ta de veintidos cuadras que, en poder de su anterior pro– pietario, eran improductivas, porque estaban convertidas en basurales i pantanos, i que, en manos de los alumnos de la E ·scuela ds Agricultura, bajo la alt~ direccion del señor Le ·Feuvre, se han transformado en potreros alfal– fados, que surten actualmente de forraje a los anim!tles del hospital veterinario i que seis meses mas tarde basta– rán a la alimentacion de la cantidad de huéspedes selectos de la raza bovina i ·caballar que el seiíor Besnard irá en breve en persona a buscar a Europa para que sirvan a la enseñanza de la Escuela de Agricultura.

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