Sujeto social y proyecto histórico en la dramaturgia chilena actual

El hecho de que la vida burguesa se simbolice a través de una mujer es significativo, ya que- su condición femenina profundiza la relación de deprivación respecto del sistema. Por una par te, éste le suma tabús y restricciones, junto con darle un m a ­ yor apego, de orden material, a su hogar. Por otra, su sensi­ bilidad es más herida por su soledad afectiva. Pero, como o- tras obras de V/olff, su interpretación es ambigua, permitien­ do diversas lecturas. La violenta saña con que el personaje popular destruye su entorno, y la dureza con que acoge las p e ­ ticiones de' afecto de Eva, resultan dolorosas y, más aún, vio- latorias y sacrilegas si se- miran desde el punto de vista que considera el progreso material y la institucionalización de la vida social como un momento de avance de la civilización oc ci­ dental. Superar el sufrimiento y soledad de Eva a través de una vía tan radical puede resultar más doloroso y traumatizante que permanecer er ese estado. Por otra parte, la certeza y seguridad con que actúa Merluza, su venir "de vuelta" de la "cultura" p a r a preferir lo riesgo­ so y desgarrado de un mundo sin caretas ni seguridades obteni das de lo establecido, buscando el amor en el despojo dé las dependencias afectivas y materiales de cada cual para compar­ tir voluntariamente el mundo de los pobres y los hambrientos, es un camino cuya audacia produce :un vértigo semejante al de las utopías que'señalan un camino conductor en su planteamien to absoluto. Esta burguesía o clases medias insatisfechas con su vida y con la contemplación de la pobreza de otros ya no de­ fienden su "status-quo" sino que, como pesadilla o como sueño redentor, se entregan a la conducción de Merluza, perdiendo su identidad y fundiéndola en la de esos otros, los que no tienen nada. Con esta sensación se termina la década de los sesenta y se a- bre a los setenta, en la era de la Unidad Popular. Se plantea una crisis profunda, una revolución de un sistema de vida,que es a la vez una derrota y un triunfo, o más bien, un terror y una esperanza. Esta obra no es por tanto asimilable a una p o ­ sición ideológica o a un movimiento social definido: contiene posiciones antagónicas, expresando a la pluralidad de los sen­ timientos y posiciones de la época al mismo tiempo, las que no son capaces de resolverse en una sola dirección sin provocar tensiones en la otra. El irrealismo estilístico de la obra cap ta con certeza las visiones y opciones sübconcientes o extra­ lingüísticas que flotaban en el ambiente social del momento.

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