La Catedral de Santiago de Chile: estudio monográfico

Se accede a ellos mediante sendas escaleras con suave curvatura. Ambos son muy parecidos, estribando sus diferencias en los elementos decorativos. . El púlpito de la derecha ofrec~ el cielo de su tornavoz, en forma de una con– cha. En su fondo nos muestra una tiara y un evangelio. El de la izquierda nos muestra el cielo de su tornavoz en forma de un sol radiante. En el fondo destaca un evangelio abierto. ILUMINACIÓN La iluminación natural se ha conseguido en las naves laterales mediante vanos semi-circulares ubicados sobre las canillas. Se encuentran en la parte superior de éstas, en el encuentro del muro con- la bóveda. Ll evan en su parte exterior una ventana con un vidrio· transparente; en su parte il)terior un ~itrál. Este último impide el paso libre de la luz, disminuyendo así la claridad de la nave. Poseen además las naves laterales una escasa fuente de iluminación, constituí– da por una pequeña abertura practicada en el fondo de las cúpulas que cubren los tramos. La nave central lleva asimismo para su iluminación vanos semi-circulares. Ellos también van ubicados en el encuentro de la bóveda con los pilares y apro– vechando la diferencia de altura existente entre esta nave y las naves laterales. La cúp.ula central, tal como lo señalamos con anterioridad, constituye el mo– tivo de iluminación del altar mayor. 1 MOBILIARIO DEL CORO Está constituído por tres hil eras de sillones colocados a ambos lados del lugar destinado al coro y mirando hacia el centro. Cronológicamente, aunque no con precisión, su ejecución se remonta a los tiempos del obispo Alday. - En 1 su ejecución, posterior al incendio del 22 de diciembre de 1769, partici– paron los artesanos a lemanes que vinieron a Chile, en compañía del jesuíta Rvdo. Padre Haymhausen. Para ello se recurrió a la caoba. La ubicación actual que tiene la sillería den– tro del coro no es la originaria. En tiempo del Ilustrísimo Sr. Valdivieso se retiró de la parte media del templo el antiguo tabernáculo, emplazándolo más o me– nos en el mismo sitio que ocupa en la actualidad. Para trasladar la sillería a esta nueva ubicación, se tomaron especiales precau– ciones. El ilustre arquitecto don Fermín Vivaceta tomó bajo su especial y perso– nal responsabilidad dicha labor. Débemos recordar que primitivamente los sitiales estaban todos unidos entre sí formando una sola pieza. · En los traslados posteriores, realizados por el arquitecto Cremonesi, no se res– petó dicha disposición y los sitiales fueron separados unos de otros colocando entre ellos unos sunles de raulí calados. Estos sitiales se encuentran en el borde l(Xterior del coro. Tienen un respaldo alto de madera coronado con motivos ornamentales tallados. El asiento mismo y los brazos del sillón están forrados de ~uero. La forma general da impresión de solidez; las patas son gruesas y torneadas, y poseen, asimismo, una ornamentación tallada. Cada sillón tiene sólo dos patas; las traseras han sido reemplazadas por una estructura común que une todos los sitiales. El sillón central, destinado a la autoridad máxima, destaca del resto por su mayor altura y es de un estilo más sobrio que el de los demás. Algunos de ~os sitia– les llevan en el respaldo una placa metálica que señala la calidad de su ocupante. 27

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