Ciudades y arquitectura portuaria: los puertos mayores del litoral chileno

figura 5 España toleró en el litoral chileno, consecuencia del monopolio del comercio exterior, del convencimiento de la invulnerabilidad de sus dominios al interior, pero también de la aceptación de una débil presencia marítima. Salvo en cuanto a instalaciones militares, fue una política que no se moditlcó sustancialmente en las costas chilenas hasta el término de su tutoría. Los navíos europeos, fuesen corsarios ingleses u holandeses, como Drake, Cavendish, Spilbergy muchos otros, detallados minuciosamente por Benjamín Vicuña Mackenna\ irrumpían en cambio desde el vértice magallánico, respostándose en distintos puntos de Chiloé, en las islas Mocha y] uan Fernández, o en las desguarnecidas radas de Coquimbo, Quintero y Bahía Inglesa. Los franceses, que utilizaron también el derrotero magallánico, tuvieron en cambio su centro de operaciones en Penco, ya que contaron durante un par de décadas con la autorización real para hacerlo . Algunos de ellos se establecieron en tierra firma para dedicarse a la agricultura y el comercio 4 • La tercera etapa y final del proceso de ocupación en tiempos de la Capitanía General corresponde a la segunda mitad del siglo XVIII, adquiriendo por sus proyecciones características importantes para el futuro . La junta de poblaciones establecida por Felipe IV (1 744), reforzada en sus atribuciones por Carlos III, fue en definitiva la encargada de regularizar la ocupación urbana del territorio. Encabezada por los sucesivos gobernado– res, su labor reformadora y racionalizadora se hizo sentir desde San Francisco de La Selva (Copiapó) hasta San Carlos deAncud en Chiloé. Los logros económicos de la agricultura, ganadería y minería, una cierta tranquilidad en la frontera con Arauco, la gestión ahora 19

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