La producción de música popular en Chile

Y, por otra parte, se trataba también en lo que a música corresponde, de restablecer el vínculo con la nueva can­ ción chilena, cuyos representantes más significativos es taban condenados al exilio. Vivíamos y vivimos todavía una cultura fracturada, partida violentamente en dos. No es posible siquiera hablar de una mínima infraestruc­ tura en el sello Alerce, cuando cada publicación era no solamente un riesgo económico sino un riesgo personal; la aparición de un long-play de Violeta Parra hasta en­ tonces silenciada, o la publicación de un long-play de Victor Jara, significaban cultural y políticamente un de safio que por supuesto tuvo respuestas bastantes violen­ tas . Toda esta primera etapa de Alerce en que se logró crear una imágen sólida pudo realizarse gracias a sacrificios personales en lo económico y al apoyo, y al aporte de instituciones y artistas de diferentes disciplinas que prestaron su colaboración con especial generosidad. Grupos musicales como Ortiga o como Chamal, rechazaban entonces ofertas de importantes compañías, para partici­ par de esto que era la aventura de un sello nuevo. Creo que lo fundamental es que Alerce, en esta etapa, cumplió con una necesidad que correspondía al medio cultural. Es decir, una tarea de rescate, de vinculación con la cultura del exilio y de estímulo para la creación en el ámbito musical en la generación nueva.

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