Un mapa por completar : la joven poesía chilena

7 cientemente, Enrique Lihn-decía al semanario HOY: "...Advierto que la revista en el campo cultural es-benévola con todo lo que disiente como si la cultura fuera un valor añadido a las buenas intenciones y no a la i n v e rs a" .(7) Quiero decir con esto que hoy, tanto en Chile como en el exilio, no siempre prim a la cal^i dad pa ra que la obra de un autor sea difundida. Es cierto que son muchos los factores extra-literarios que siempre han contri buido a la difusión de un artista, pero ahora, en estos m o me n­ tos, las razones parecen tan atendibles que llevan a confusión y, a veces, pareciera que el fin justifica los medios. En el exilio, como decía, sucede algo similar, esta vez — casi siempre-- por obra y gracia de los partidos políticos porque con la restringida concepción de la cultura que manejan que, g£ neralmente, limitan a la canción, cuando la vaguedad se amplía por extensión a un parcelado Neruda que sirve para todo, se le otorga la palabra a cualquiera que desee colaborar con, por y para la solidaridad. Lo anterior es más grave si se piensa que JAMAS los chilenos han contado con tantas ediciones, por moder- tas que sean, como en el exilio. Sin embargo, y hay que decir­ lo, no todos pueden ser poetas aunque tengan muy buenas inten - ciones, homenajes importantes que rendir e injusticias inmen - sas que denunciar. Refiriéndose al cuento, Julio Cortázar señala que no hay malos temas p a r a construir un relato, pero que la dificultad reside en elaborar, en organizar, en saber decir y comunicar y darle sentido a esa buena anécdota. Lo mismo suqéde en poes ía po r ­ que ya pasó el tiempo en que se pensaba que el fondo primaha sobre la forma o viceversa porque, sabemos, que ambos se si - (7) Revista HOY (Santiago, 2-8 junio 1982).

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