Transformaciones de la crítica literaria en Chile: 1960-1982

tientes. Hay varias razones que justifican, sin embar­ go, un enfoque amplio. Nadie discute, por ejemplo, que además de tener como objetivo básico la comprensión del fenómeno literario en'fcoda su complejidad, la crítica es también un factor importante de valoración y orientación y que incide, por ende, en el gusto y en la moda litera rios. Qué duaa cabe que el comentario, la entrevista o la mera difusión, aunque intelectualmente viven en sim­ biosis, ' esempeñan en esta perspectiva un cierto rol.Nos guste o no el hec/io es que la información y la publici­ dad literaria contribuyen a crear un espacio de interés por ciertos autores y tendencias. Hay casos en la his­ toria de la cultura en que lo artísticamente valioso no se impone por sí mismo, sino que sucede más bien al re­ vés: aquello que se impone es lo que termina por consi­ derarse de valor (2). Si restringiéramos la crítica a lo que Northrop Frye entiende por tal, sólo nos quedaría despachar el tema de su transformación bajo el autorita rismo con un "no hay crítica en Chile" o bien emprender una reflexión sobre las posibles causas de ese vacío. Hay que considerar además que al interior del espectro se dan vasos comunicantes: crítico docente, comentaris ta o reportero cultural no son compartimentos estancos ni ontológicos, sino más bien segmentos de un tejido ¡na yor, o incluso funciones, de modo que potencialmente u- na misma persona podría desempeñar una y luego otra.Des de otro punto de visca, el tomar en cuenta la vertiente autosuficiente y la parásita viene a poner de relieve-- a pesar de Roland Barthes-- el carácter de conocimiento radicalmente ambiguo que tiene la crítica. En todo caso lo fundamental de esta comprensión de la crí tica como actividad múltiple y plural es que nos obliga a tener en cuenta que las condiciones de su ejercicio no dependen sólo de la voluntad o lucidez de los críticos, (2) LEVIN I. SCHUCKING, Sociología do1 gusto, literario; fiéxico, 1965.