Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

epistemológica con las teorías sobre LA MUJER, toda vez que al plantear la diferencia sexo/ género las miradas comenzaron a focalizarse en la infinita variablidad que tejen las culturas humanas para especificar las características de hombres y mujeres. El género, entendido como la constn1cción social de las diferencias sexuales, puso el acento en la idea de que lo universal radica en los rasgos biológicos y lo paiticular en los rasgos de género: los datos de la biología serán tematizados y definidos según las singularidades de cada cultura. Tan1bién, el concepto de género trajo consigo la necesidad de comprender lo femenino en relación a lo masculino y viceversa. Las cultw·as nombrarán qué es ser mujer y qué es ser hombre y propondrán modos específicos de relación entre ellos. Estas relaciones podrán ser de igualdad, complementariedad o desigualdad, según sean lasjerarquías sociales, laparticipa- ción econónlica y las simbolizaciones emergidas de cada grupo. De esta manera, la idea de que " la mujer" aparece subordinada entodas las épocas y sociedades queda cuestionaday surgeuna visión más topológica que explora en los posicjona1nientos asumidos, por1nujeres y hombres en cada grupo pa1ticular. Pero tainbién, se han añadido nuevos elementos: la incoporaciónde las variables de clase, etnía o edad. De esta manera, la diferencia entre lo femenino y lo masculino se entrelaza con las diferencias generacionales, de clases sociales y las distinciones étnicas. Podemos apreciar que esta forma de comprender a lo femenino y a lo masculino pondrá en escena las diversidades que constituyena las personas, enriqueciendo así lanoción de sujeto sustentada hasta entonces: De un suj eto percibido nada más que apartirde su género, emerge unomúltiple, atravesado por la pluralidad. Sujeto, asimismo, que se consti tuye en la historia y por tanto, que adquiere su identidadenun ethosparticular. Podríamos decirque deunconcepto reduccionista sepasa a uno que apunta al haz de elementos que co1tfigurarán el rostro co1nplejo y polimorfo de las mujeres y hombres que habitamos en el mundo. Entendido de este modo, el género surgemás como Lma exploración que una asunción y supone una permanente interrogación a los estereotipos sobre lo que son las relaciones entre hombres y mujeres, una constante puesta en escena de las diferencias y de los contenidos de ellas en la vida social. Exploración que conlleva, también, la necesidad de una doble mirada: la que desnuda los ele1nentos simbólicos, sociales y económicos que construyen las relaciones de género en una sociedad, y la que se desnuda a sí misma, en tanto pupila cargada de los prejuicios de su propio género, clase, edad o emia. Ese doble movimiento se hace iinprescin- dible para elucidar el "desde donde" y "el quien" habla en los discursos teóricos o políticos sobre el género. 95

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