Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

que cada sociedad entiende la di ferenciación sexua l de 111anera diversa, que otorga distintos sentidos a lo que es sermujer yhombre y a loque significa femenino y masculino, y que propone particulares 1nodos de relación entre ambos (los estudios pioneros de Margaret Mead y otras antropológas han puesto de manifiesto la heterogeneidad de los at1ibutos asignados a los géneros en los grupos humanos). Así, el concepto La Mujer -usado para denunciar una condición de subordinación- comenzó a relativizarse por cuanto ya no fue tan simple postularlo co1no un universal idéntico en todos los lugares e inmutable en la historia. Las teorías de género, por el contrario, con1eozarona sostener que la posicióny condición de mujeres y hon1bres debían ser analizadas en conjunto y exploradas más que asumidas, y por otro lado que no ha habido en la historia relaciones invariables (en el repetorio de las comunidades humanas se han dado relaciones de género igualitarias, complementarias, desiguales y subordinadas). Se suman a estas ideas el hecho de que las relaciones de género estarán también signadas por la clase, la etnia, la edad y el contexto social.e histórico donde se anidan. Podríamos decir que desde un sujeto concebido como unicidad se transita a otro concebido como pluralidad. Ahora bien¿qué aporta el concepto degénero a la propuesta de la igualdad en la diferencia? A nüjuicio es clave puestoque obliga a precisar en las distinciones, por un ladode género, pero por otro de clase, etnia, edad . También, supone definir cuáles son las disimilitudes entre rnujeres y ho111bres y relevar el peso que la cultura tiene en ellas. En otras palabras el le1na "igualdad en la diferencia" tiene como correlato la idea de mantención de aquello que nos especifica en tanto mujeres y hombres (femeninos y masculinos), pero reconociéndonos iguales derechos en las distintas instancias de la v ida social. No se trata de borrar aquel lo que nos enuncia como distintos, como diversos, sino de evitar que en nombre de lo distinto se discrimine, se subordine, se opri,na. Como se aprecia, el logro del horizonte de la igualdad en la diferencia lleva consigo una transformación que toca a lo político, lo econónüco, pero sobre todo a lo cultural. El tópico de la igualdad entre mujeres y hombres comenzó a debatirse desde co1nienzos de siglo con las primeras luchas del fe1ninismo. Ya en 1927 Gabriela Mis tral -con una mirada casi profética-sepreguntaba en un artículo escrito en el DiarioElMercurio por las consecuencias de la incorporación de la mujer al trabajo, pues "Antes de celebrar la apertura de las pue1tas era preciso haber examinado qué puertas se abrían, y antes de poner pie enel universo nuevo de las actividades mujeriles había que haber mirado hacia el que se abandonaba" ("Una nueva organización del trabajo(!)", Escritos Potíticos:253). Las palabras mistralianas se refieren claramente al hecho de que el sentido de la igualdad está atravesado por el contexto de la sociedad en que se vive y es más prísitina aún cuando señala: "Hay derechos que no me importa ejercitarporque me dejarían tao pobre como antes. Yo 39

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