Gestión local de la Seguridad: un marco teórico de referencia

Proyecto “Índice de Capacidades Locales para la Gestión de la Seguridad” Marco conceptual para el desarrollo del instrumento 15 impactos de los programas e iniciativas que se implementan en el espacio local. En concreto, desde el gobierno local debiesen realizarse, al menos, labores de seguimiento, monitoreo y evaluación de: los programas implementados, los niveles de intersectorialidad con que se desarrolla la gestión, el debate en seguridad ciudadana y el desempeño funcional de los actores que integran la temática (Castro, 2012). Junto con los puntos mencionados anteriormente, es importante relevar líneas identificadas como transversales al proceso de gestión local de la seguridad. Así, la incorporación de tecnologías de información y comunicación (TIC) en las políticas de seguridad, la concreción de iniciativas de gobierno electrónico y la realización de encuestas y consultas ciudadanas en línea, permitirán la optimización de recursos y la creación de valor público a través de nuevas formas de comunicación y acción que, por ejemplo, den cuenta a la comunidad de la oferta programática del área, así como también de las acciones realizadas en la materia y de sus resultados. Sumado a esto, es posible afirmar que la existencia de mecanismos de rendición de cuentas contribuyen a transparentar las acciones ejecutadas y a facilitar el acceso la información que se genere a partir de la gestión de la seguridad ciudadana a nivel local (Castro, 2012). Cabe señalar además que, para formar una estrategia local de seguridad que contribuya a una gestión local exitosa, es esencial que ésta se base en la coproducción de la seguridad. Ello implica que la responsabilidad respecto de la seguridad en el territorio debe compartirse, tanto en los esfuerzos por solucionar los problemas de la ciudadanía como en los resultados que se obtengan. Este compromiso debe ser asumido por los números actores que comparten el espacio local, y no solo por quienes conforman el sistema de justicia penal; incluyendo así a las agencias del gobierno central, al sector privado, a los actores de la sociedad civil y, en su rol protagónico, al gobierno local y la comunidad. Siguiendo esta lógica, la participación ciudadana es considerada como un factor esencial para el éxito de la estrategia, por lo que debe ser un sustrato activo tanto del diagnóstico, diseño como de la implementación de las iniciativas y acciones locales de seguridad; a fin de identificar los problemas y requerimientos más relevantes para la comunidad, generando soluciones donde puedan participar todos los actores involucrados. Finalmente, es fundamental que la estrategia de seguridad (así como el diagnóstico que la preceda), considere el enfoque de género en su diseño y ejecución. La evidencia indica que las desigualdades estructurales que existen entre hombres y mujeres pueden incidir en sus percepciones de inseguridad, en los delitos y/o hechos violentos en que se involucran o de los que son víctimas. Lo anterior implica que el municipio identifique si los problemas locales priorizados afectan de forma distinta a hombres y mujeres, y si las causas que los provocan son homólogas (Ministerio del Interior y Seguridad Pública, 2015).

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